Hay cosas en esta vida que uno no entiende, pero las dos entregas de Hellboy hechas por Guillermo del Toro eran dos ejemplos de correcta adaptación sobre la obra de Mike Mignola en la que se basa. Aunque también puede ser que el responsable de La forma del agua tiene una cierta sensibilidad hacia las criaturas fantásticas que pueblan toda su filmografía que resulta muy dificil de igualar. La cuestión es que este innecesario reboot o remake de Hellboy resulta ser tan malo como las previsiones auguraban, de tal manera que no me extraña su merecido descalabro en la taquilla americana. De hecho este gran despropósito no creo que lo salvara ni ese exceso de violencia que se supone que le han quitado a esta versión que se estrena por estas tierras, ya que se nota mucho esos momentos en los que han metido tijeretazos, pero poco importa cuando en si todo el conjunto es defectuoso.
¿De verdad era ESTO necesario y no ese Hellboy 3 de Guillermo del Toro que continuara lo que dejó sugerido al final de la segunda cinta de este personaje? Como ya he dicho en multitud de veces con otros casos similares, una buena adaptación sería aquella que te provoca interesarte por el producto en el que esta basada, y desde luego dudo mucho que alguien descubra los comics de este personaje mediante este film, porque el hecho de tener elementos que pueden recordar a las viñetas, no implica que los mismos estén utilizados de una forma acertada. En manos de Guillermo del Toro había algo de dignidad, pero Neil Marshall lo sustituye por un tono molesto y cafre.
Ron Perlman fue un destacable Hellboy, pero su sustituto en este despropósito de reboot es un David Harbour que se queda bastante por detrás a la que uno se moleste en hacer una pequeña comparativa: donde el primero ponía una relativa emoción, pese al maquillaje que llevaba encima, este segundo resulta irritante rozando en algunos momentos la estupidez. Perdón por esa eterna comparativa pero es que incluso en su reparto, donde las dos primeras películas tenían unos personajes aceptables y que podían importar al espectador, los de aqui importan más bien poco (tirando a nada), logrando aumentar esa indiferencia y hastío hacia el resultado final. La mínima historia que se supone que engarza una sucesión de escenas de acción por el mero hecho de rellenar metraje tiene como villana a una bruja encarnada por Milla Jovovich que demuestra aqui (nótese la “ironia”) unas dotes interpretativas al nivel de las vistas en la franquicia de Resident Evil.
Los efectos especiales nos dan una de cal y otra de arena, porque si bien pueden estar acertados en secuencias como las de Baba Yaga (que si consigue captar algo del espíritu del personaje visto en las viñetas), se muestran de forma demasiado palpable en una gran multitud de ocasiones, menguando de forma muy evidente la inmersión del espectador dentro de lo que le estan ofreciendo. Los problemas que tuvo durante su rodaje se hacen evidentes en una producción que (echando mano de simil monstruoso) vendría a ser algo así como una criatura de Frankenstein, recosido por aqui y por allá pero sin ningún interés por que todos los elementos tengan un mínimo de orden, coherencia o justificación. Eso repercute en que las dos horas que dura se hagan agotadoras (esa al menos fue la sensación que a mi me dió, y mal vamos siendo un personaje cuyos comics siempre me han resultado atractivos), moviéndose al final todo el film entre la indiferencia y el ridículo más vergonzoso por un tono de humor que intenta ser macarra pero que resulta bastante forzado. Lo poco que se puede decir a su favor sería tan solo hacia la resolución visual de algunos momentos, tampoco no muchos, que matizan un poco el varapalo final pero que no sirven para esconder el bodrio que han perpetrado con la que sin duda es la creación más emblemática de Mike Mignola, menos mal que el verdadero y genuino Hellboy seguirá estando en las viñetas.
- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 17 de mayo de 2019
- Galería de posters por este enlace.
- LO MEJOR: Algunos momentos puntuales, sobretodo a nivel visual (como lo de Baba Yaga).
- LO PEOR: Un guión penoso, unos actores que no desprenden la más mínima emoción, un humor que intenta ser macarra pero que se queda en ridículo y torpe o unos efectos visuales no del todo logrados (por cada uno que cuela hay al menos el triple que se hacen totalmente evidentes)