Buried (Enterrado)

Paul Conroy (Ryan Reynolds) es un padre de familia que trabaja como contratista civil en Irak. Un día, se despierta en una situación angustiosa: ha sido enterrado vivo dentro de un ataúd de madera. Le quedan 90 minutos antes de consumir todo el oxígeno. Su única esperanza es un teléfono móvil que encuentra entre sus ropas, pero tiene muy poca batería y la cobertura también falla por momentos.

En mis críticas de películas siempre he procurado dar una opinión justificada de mis valoraciones en uno u otro sentido, en ocasiones tras meditar en las horas posteriores al visionado de un film. Y es que igual que la venganza, la valoración de una película se hace mejor en frio. El motivo de esta introducción es que cuando llegué a la última escena de Enterrado tras la cual salieron los títulos de crédito, mi primera impresión es que me habian estafado y que estaba probablemente ante la peor película del año.

No dejan de ser unas palabras duras para un film que todo el mundo está vanagloriando, pero eso puede jugar en contra para el espectador, ya que leído lo leído, yo esperaba mucho más de lo obtenido… aunque maticemos que, visto lo visto, el resultado final es sin duda alguna bastante curioso. El problema puede venir de la afinidad con el protagonista que tiene uno desde primer momento, hasta el punto que la resolución (que toma la vertiente más extrema en eso de sugerir más que mostrar) deje a uno con la sensación de haber estado una hora y media asistiendo a una porno-tortura. Vale que aqui no hay el gore de productos de ese estilo como por ejemplo los films de Hostel, pero la sensación de sufrimiento, agobio y encierro es tan grande que estas DESEANDO otro escenario… algo que NO ocurrirá (TODO el film transcurre dentro del ataud)

En lo que acierta la película es en la sensación de claustrofobia… pero eso es contraproducente porque transforma en agobiantes las acciones del protagonista, de por si bastante escasas en tan escueto espacio para moverse (casi todo el rato es en llamadas telefónicas). Es la simpleza de su planteamiento lo que igual le ha dado tanta publicidad previa, pero ir con muchas expectativas hace caer en picado el resultado final, ya que creo que podemos estar ante otro caso como el de la Bruja de Blair o Paranormal Activity, films que prometen más de lo que dan (aunque, insisto, depende de la valoración personal de cada uno).

No negaré que hay momentos puntuales muy inspirados, para ser exactos en el estilo Hitchcock de suspense, pero la escasez de medios para darle una acción al relato provoca por momentos la sensación de que esto hubiera funcionado mejor como guión para un episodio de serie de televisión, ya que una duración de 45 a 60 minutos le hubiera otorgado una mayor consistencia dentro de la historia que nos narra (tampoco muy novedosa, ya que no en vano el miedo a ser enterrado vivo es uno de los más ancestrales del ser humano) Aún así valoro la decisión del director por decantarse por esta opción… pero conmigo al menos no ha funcionado; aunque siempre son y serán bien recibidas aportaciones como este film a la cinematografía española, bastante anclada en estilos y temáticas obsoletas.

Por cierto, y aunque son títulos diametralmente opuestos, me gustaría citar a todos aquellos que valoran magistralmente a este film en su modestia que las aspiraciones de REC eran tan agobiantes como las de aqui (allí recordemos que en un edificio sellado), pero mejor resueltas argumentalmente. Y no, no tiro por tierra la modestía en los guiones, porque no en vano District 9 costó poco y luce mucho… y esa me encanta. En resumidas cuentas digamos que como experimento cinematográfico convence aunque como película (al menos a mi) no… y sobretodo por su resolución, la cual (logicamente) no citaré por aqui pero deja al espectador chafado animicamente.

LO MEJOR: Es un planteamiento curioso.

LO PEOR: Se hubiese desarrollado mejor en menos tiempo.