Tengo un recuerdo especial de Buscando a Nemo porque en su caso fue la primera película que ví por internet ¡cuando ni yo mismo tenía aún internet! Fue un compañero de trabajo que se la bajó en latino, y me pasó una copia para verla en casa (en 2003 aún no había las prisas actuales para estrenar casi a nivel mundial, y aqui en España tardó seis meses en llegar a la cartelera tras su estreno americano) Como es LÓGICO luego la repetí en cine, que es el sitio donde se tendrían que ver SIEMPRE TODAS las películas de Pixar (que nadie piense que hago apologia de la pirateria), ya que incluso en sus momentos más bajos (¡nadie es perfecto!) la calidad visual de sus obras es innegable.
Tras El viaje de Arlo, con este film comienza un periodo de tiempo en que Pixar se centrará en secuelas (y no films originales); al presente título le seguirán Cars 3, Toy Story 4 y Los Increibles 2. En principio uno les podría achacar que eso es apostar sobre seguro, ya que no te tienes que preocupar de como responda el público porque resultan ser personajes ya conocidos por el mismo. Pero esa jugada es arriesgada porque lo mismo puedes equivocarte (como sucedió con Cars 2, saga que espero que mejore en la anunciada para 2017 Cars 3) o un gran acierto (como en el caso de la genial Toy Story 3, por lo que veo, a priori, muy complicado que con Toy Story 4 en 2018 puedan superar ese listón)
Entrando ya en el tema hay que dejar clara una cosa: aquella persona que disfrutó en su momento con la primera, disfrutará con esta. Con la ventaja del carisma que ganó la olvidadiza Dory en Buscando a Nemo (era su claro “alivio cómico”) esto más que una secuela se podría considerar un spinoff, ya que no deja de ser una película que amplia los datos sobre un carismático personaje de una película previa (en esta ocasión Nemo y su padre serian meros secundarios) De la calidad técnica de Pixar sería redudante insistir en que es espléndida pero es que verdaderamente lo es: hay escenas en las que resulta complicado darse cuenta de que lo que nos muestran no es real, sino generado por ordenador, ya que los ambientes estan tan bien recreados que desprenden vida por si solos (tanto los fondos marinos como las instalaciones del Instituto de Vida Marina de Monterrey, donde acontece gran parte de la acción)
Hay que alabar el hecho de que aunque sea una secuela, no se repita la misma fórmula, dando entrada a un nuevo grupo de personajes secundarios muy divertidos, siendo el más destacable (en mi humilde opinión) el camaleónico pulpo Hank, así como unos divertidos leones marinos (ESPERAR a la escena tras los títulos de crédito ¡y ya vereis!) aunque tampoco quiero dejar de lado otros como Destiny, la “amiga de cañerias” de Dory, o la beluga Bailey, que se complementarán entre ellas dos, por sus respectivas “carencias”, cuando se embarquen en la aventura que tiene lugar en el tramo final de la película (al cual se le puede achacar el ser un tanto previsible, si bien lo que sucede a cámara lenta a ritmo de la canción What a wonderful world de Louis Armstrong es una escena de esas que siempre quedan bien, aunque la de la persecución que la precede sería quizas un tanto exagerada a la hora de buscar el elemento cómico)
Tras su fallida incursión en el cine de acción real (lo digo por el varapalo en taquilla que se llevó John Carter) su director, Andrew Stanton, vuelve a Pixar con la presente secuela, que tiene todas las virtudes que hicieron triunfar a la anterior, si bien en este caso se abusa quizas un poco de la emotividad, forzándola en algunos momentos más de la cuenta (lo de los padres de Dory se supone que tiene que servir para darnos ese mensaje de que lo importante es la familia… pero no hace falta insistir tanto en él como sucede en varias ocasiones a lo largo del metraje) Aparte del evidente tono ecologista que subyace en esta película, también me gustaría destacar la aterradora manera de como somos los humanos bajo el punto de vista de los animales marinos, evidente en esa escena donde un grupo de niños desbocados son torturadores de las pobres e indefensas criaturas de un acuario.
Y aunque Buscando a Dory no sea una obra maestra, ni de lo mejor de Pixar, resulta sin duda un film agradable tanto para niños como para adultos, ya que a un ágil guión que va directo al grano (aunque machaque igual un poco con el tema de los valores familiares y de la amistad) hay que sumar una calidad técnica portentosa, la cual luce EN TODO SU ESPLENDOR en el corto Piper que antecede a la película (sin diálogos y protagonizado por animales), que si de mi dependiera se llevaba YA MISMO el Oscar a mejor corto de animación del año. Eso si, y a la espera de los estrenos de animación que estan por llegar de aqui hasta final de año, la mejor película en ese género del 2016 creo que es, de momento, Zootropolis (también de Disney, pero no de Pixar)
- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 22 de junio de 2016
- LO MEJOR: Es redundante insistir en este tema con Pixar, pero la calidad técnica de sus trabajos, incluido este, es realmente portentosa.
- LO PEOR: Igual no hace falta insistir TANTO sobre los valores familiares y de la amistad.