Entre machacas y becarios

Capitán América: Civil War

Otra cosa serán los resultados finales, pero creo que todo fan (en mayor o menor grado) de los comics de superhéroes debe estar contento con la moda que se ha dado de unos años a esta parte, y que se puede afirmar que tiene su cumbre en el presente 2016, porque entre los que disfrutan serie de televisión y los que veremos en pantalla de cine, no miento si digo que ya se cuentan por docenas. De momento en lo que llevamos de año hemos tenido en febrero la sorpresa de Deadpool, en marzo la muy pretenciosa Batman v Superman: El amanecer de la justicia y siendo ahora en abril esta Capitán América: Civil War, mientras que asoma ya por el horizonte para el próximo mayo X-Men: Apocalipsis (sin olvidar Doctor Strange antes de que acabemos 2016)

Pero vamos con el presente film, del que puedo afirmar que es la mejor película de superhéroes de Marvel hasta este momento, con permiso de Los Vengadores (2012) que era hasta este momento la que tenía dicho honor. Cuidado porque ya especifico que de Marvel, ya que si tenemos en cuenta todas las del género, y aunque las de DC, se hayan sobretodo basado en Superman y Batman, es justo recordar el alto nivel que logró Christopher Nolan en El caballero oscuro, que bien podría ocupar ese mismo podium donde he situado a Los Vengadores (2012) y el film que nos ocupa. Digamos, para entendernos, que Capitán América Civil War merece una puntuación de 9 sobre 10, o sea, tocando el excelente (que no perfecto) lo cual creo que no está nada mal.

En el comic original que más o menos toma como base, otro detalle que también era criticado es la vergonzosa moda de los reality-shows (lo que sucede en uno de ellos provoca la tragedía que da pie a todo lo demás), aqui sustituido con excelente coherencia por una evolución dentro de la continuidad del propio universo Marvel en cine: los destrozos provocados por los personajes en anteriores películas da pie a que los gobiernos los quieran poner bajo control, algo que los dividirá entre los que están de acuerdo y los que defienden la libertad de elección (de ahi los dos bandos que se forman, el liderado por Iron Man que estaría a favor del registro y el del Capitán América que estaría en contra del mismo) Es un acierto por parte del guión no caer en tópicos de “buenos” y “malos”, al exponer con coherencia los motivos de cada uno, hasta el punto de que en la batalla campal en el aeropuerto sea dificil decantarse por un bando u otro.

De todas maneras en toda película de superhéroes tiene que haber un villano (o varios) y ese es el papel que tiene aqui el Helmut Zemo al que da vida el actor Daniel Brühl. Pero quien espere una versión más o menos fiel a como es el personaje en las viñetas puede quedar un tanto decepcionado, si bien los motivos y las justificaciones que expone son perfectamente entendibles, aunque pueda parecer un tanto forzado que un personaje así consiga manejar al resto como lo hace. No deja de ser esto tan solo mi opinión, pero ya que en su primera entrega de 2011 el Capitán América se enfrentó con un Craneo Rojo bastate fiel a su homónimo en papel, esperaba algo más o menos similar aqui (si bien, insisto, su plan lo convierte en un villano cuyas maquinaciones dejarán huella en el futuro de los personajes, aunque quizás sus aspiraciones no van acorde a su presencia en pantalla, que creo que podía haber dado más de si)

Con una exacta progresión dentro de este propio universo cinematográfico (se cita como lo más antiguo los ocho años que hace que Iron Man salió a la luz, coincidiendo en ser los años que hace que se estrenó el primer film de dicho superhéroe) resulta curioso que sea el, a priori, personaje menos llamativo para el gran público (el Capitán América) quien haya tenido la, de momento, mejor trilogia, ya que a un destacable film inicial le siguió una acertada secuela (El soldado de invierno) que también se cuenta entre lo mejor que hemos visto de Marvel en la gran pantalla. De la misma toma esta Civil War a sus directores, los hermanos Russo, que consiguen aqui algo que bien podría haberse titulado Los Vengadores 2.5, y que además mejora en su base (el duelo entre superhéroes) la versión más superficial que se ha visto en la reciente Batman v Superman (que digamos que más bien se quedaba tan solo en lo icónico de los personajes, sin profundizar en sus motivos)

Mejorando, por tanto, a la secuela de Los Vengadores que hizo Joss Whedon, esta tercera aventura del Capitán América nos sirve no solo para recuperar a superhéroes que ya han tenido película (como Ant-Man) sino para presentar a un par de nuevos, que además son los protagonistas de las dos escenas tras los títulos de crédito: hablo de Black Panther (cuyo film en solitario está previsto para 2018) y Spider-Man, que es aqui con Tom Holland lo que no ha sido ni con Tobey Maguire ni con Andrew Garfield, un ADOLESCENTE, acercándolo más al estilo clásico de sus orígenes en los 60 con Ditko y Romita (aunque la nueva Tia May no sea la tradicional anciana y le tire los tejos hasta Tony Stark)

Y cuidado, porque con el aluvión de superhéroes que hay aqui uno podría pensar la presencia forzada de alguno, pero todos tienen su momento para justificar las tensiones que surgen entre ellos a lo largo de unos 147 minutos que se pasan en un soplo, demostrando al final que estamos ante un film taquillero que no se queda tan solo en sus (espectaculares) imágenes, sino que también ofrece una historia que sabe evolucionar de una manera convincente. Viendo el trabajo de los hermanos Russo tanto en el presente título como en la anterior entrega del Capitán América, tengo la esperanza de que con ellos la tercera entrega de Los Vengadores, que dividida en dos está prevista para 2018 y 2019, valdrá la pena (al menos a priori) Que aprendan los de DC (y sobretodo Zack Snyder, director de El hombre de acero, la antes citada Batman v Superman y las futuras dos entregas de la Liga de la Justicia)

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