Buscando a Dory

Tengo un recuerdo especial de Buscando a Nemo porque en su caso fue la primera película que ví por internet ¡cuando ni yo mismo tenía aún internet! Fue un compañero de trabajo que se la bajó en latino, y me pasó una copia para verla en casa (en 2003 aún no había las prisas actuales para estrenar casi a nivel mundial, y aqui en España tardó seis meses en llegar a la cartelera tras su estreno americano) Como es LÓGICO luego la repetí en cine, que es el sitio donde se tendrían que ver SIEMPRE TODAS las películas de Pixar (que nadie piense que hago apologia de la pirateria), ya que incluso en sus momentos más bajos (¡nadie es perfecto!) la calidad visual de sus obras es innegable.

Tras El viaje de Arlo, con este film comienza un periodo de tiempo en que Pixar se centrará en secuelas (y no films originales); al presente título le seguirán Cars 3, Toy Story 4 y Los Increibles 2. En principio uno les podría achacar que eso es apostar sobre seguro, ya que no te tienes que preocupar de como responda el público porque resultan ser personajes ya conocidos por el mismo. Pero esa jugada es arriesgada porque lo mismo puedes equivocarte (como sucedió con Cars 2, saga que espero que mejore en la anunciada para 2017 Cars 3) o un gran acierto (como en el caso de la genial Toy Story 3, por lo que veo, a priori, muy complicado que con Toy Story 4 en 2018 puedan superar ese listón)

Read More

Dioses de Egipto

En 1994 se estrenó El cuervo, dirigida por Alex Proyas, y que se convirtió en un film mítico por ser el último de Brandon Lee, el hijo de Bruce Lee. La película, que en su momento me gustó mucho, me descubrió a su (por entonces) desconocido director, al que me propuse seguir. Cuatro años más tarde llegaba el turno de Dark City, título emblemático que muchos creen que fue la evidente inspiración que tuvieron los Wachoski cuando al año siguiente presentaron Matrix. Hasta 2004 no volví a ver nada suyo, siendo en este caso Yo robot, donde adaptó la obra literaria de Isaac Asimov bajo los parámetros de un blockbuster de Hollywood con estrella de renombre (en aquel caso Will Smith), lo cual quiso repetir con Nicolas Cage en Señales del futuro con resultados más… dispares.

Con este preámbulo quiero dejar claro que, gusten más o menos los films mencionados, todos cumplían unos mínimos básicos para poder decir de ellos que como mínimo eran más o menos entretenidos, por lo que uno no se explica que el responsable de ellas sea capaz de presentar un BODRIO tan grande como la presente Dioses de Egipto. Pero lo peor no es que sea mala (que lo es) si no que su director no lo admita, atacando a los críticos que pusieron a caldo a este film cuando se estrenó en Estados Unidos el pasado mes de febrero. Tengo que reconocer que su fiasco en la taquilla americana y sus nefastas críticas levantaron mi curiosidad, porque cada uno tiene sus gustos y siempre te queda la duda de que a lo mejor a ti te gusta algo que al resto no: ¿de verdad Dioses de Egipto es tan mala como dicen? Visto lo visto no puedo menos que afirmarlo rotundamente.

Read More

Ninja Turtles: fuera de las sombras

Aprovechando el éxito de la primera, han tardado más bien poco con esta secuela de unos personajes (en origen) de comic tan populares como Las Tortugas Ninja, que vivieron su época de mayor auge en los años 80 y principios de los 90. Estrenada hace un par de años los casi 500 millones de dólares recaudados a nivel mundial (sobre un presupuesto de 125) de Ninja Turtles fueron motivos suficientes para dar pie a esta secuela, pero si ya entonces estábamos ante una película correcta y entretenida (dentro del tipo de producto que es), esta secuela corría el riesgo de aumentar los errores de aquella, ya que no olvidemos que el productor es Michael Bay (a quien le debemos, entre otras, la saga Transformers); y todos sabemos que cuando este señor mete mano en algo, su estilo (para bien o para mal, aunque más de lo segundo) se nota.

Aún siendo rentable, la anterior entrega cosechó críticas no muy buenas, algo de lo que esta tampoco se librará, pero si uno entra a valorarla tan solo como producto de entretenimiento (ni más ni menos que lo que es) pensando que esta secuela sería igual, o (estando Bay) un poco peor que la anterior, para mi sorpresa he de admitir que me he encontrado con un producto final con sus errores, pero que convence más al recurrir a algo que encandilará a los (ahora) adultos que vivieron en su juventud la serie de animación que hizo famosas a estas tortugas: la nostalgia de aquellos años. ¿Es mejor o peor que la primera? Pues me atrevería a decir que un poquito más de lo primero que de lo segundo gracias a esos recuerdos de cuando eramos (más) jóvenes.

Read More

Expediente Warren: El caso Enfield

Admito que no soy perfecto (nadie lo es) y que quizás en ocasiones he dejado pasar buenas películas por la típica selección que uno hace con los estrenos de la cartelera (verlo todo es abusivo y uno escoge bajo sus propios criterios) Eso me ocurrió hace tres años con Expediente Warren: The Conjuring, que luego pude recuperar en un pase cuando la emitieron por televisión, admitiendo (y ya es extraño teniendo en cuenta que uno ha visto casi de todo en lo referente a sustos) que era una película de terror realmente inquietante. Su éxito ha propiciado esta secuela, que pese a todo se puede disfrutar sin problemas en caso de que no se haya visto el film precedente, si bien tiene el handicap de una mayor duración.

No quiero sugerir que sea peor por ser más extensa (tampoco mucho, de 1 hora 52 minutos pasamos a 2 horas 14 minutos), pero el terror (al igual que la comedia) suele funcionar mejor en pequeñas dosis, por lo que la insistencia sobre un mismo concepto puede restar importancia al mismo (¿cuantas películas no hemos visto donde la sorpresa inicial se diluye si se abusa durante el resto del metraje de la misma?) Pero por suerte eso no ocurre en este caso, y aunque tampoco estemos ante un título que invente nada nuevo, como le pasaba a la precedente, si es digna de mérito la labor a la hora de desarrollar momentos tensos y angustiosos que consigan mantener atento al espectador.
Read More

Summer Camp

Voy a ser sincero nada más comenzar: asistí a ver Summer Camp con las expectativas bajo mínimos porque pensaba que sería la enésima película de adolescentes en un sitio recóndito que van cayendo como moscas por una amenaza externa. Que el productor de este film fuera Jaume Balagueró me hizo pensar que esto sería una extensión de su famosa saga Rec (con infectados muy violentos) por lo que original que digamos… pues como que no. Incluso dentro del slasher tenía reciente mi decepción con Green Room por lo que no esperaba gran cosa de la presente propuesta. El único punto que podría resultar más llamativo era ver el debut como director de Alberto Marini, hasta ahora más conocido por su trabajo con guiones tan acertados como los de títulos como Mientras duermes y El desconocido.

Pues bien, al final mis recelos estaban injustificados: no voy a tildar a esta película de obra maestra, y tampoco se puede decir que invente nada nuevo, pero jugando con elementos de género que uno ha visto hasta la extenuación se consigue algo muy dificil actualmente, que es mantener la atención del espectador durante su muy ajustado metraje (83 minutos que se pasan en un soplo sin apenas darte cuenta) Y eso pese a que la voz en off inicial me hizo recordar a El proyecto de la bruja de Blair, por lo que el destino de los personajes queda sellado casi desde el comienzo (tranquilos, no es spoiler, otra voz en off en los títulos de crédito finales planta la semilla de por donde podría ir una hipotética secuela y/o precuela)
Read More

Green Room

En el cine de terror actual la sorpresa brilla por su ausencia, y si nos centramos en el género del slasher (asesino en serie con máscara degollando tiernos jovencitos) ya no digamos, porque las enésimas entregas de matarifes como Freddy Krueger, Michael Myers, etc. dan fé de que se les ha sacado todo el jugo posible. Admito que lo previsible de esas películas para el espectador actual va en detrimento de las mismas, pero resulta dificil a estas alturas innovar en un género que se mueve por parámetros preestablecidos que dan poco pie a la novedad.
Read More