No me considero muy seriefilo, más que nada porque luego suelo ser muy obsesivo (demasiado) con el hecho de seguirlas a rajatabla, hasta que me doy cuenta de que sigo muchas, me comen mucho tiempo y hago limpieza dejando aquellas cuyo visionado no me resulta atrayente sino que son simples entretenimientos de los que puedo prescindir. Otro detalle que influye es que sea lo bastante buena como para que la vea en versión original subtitulada y luego doblada, ya que las que están en ese grupo si que las puedo considerar de mis preferidas. En este último sentido la que gana por mayoría es Dexter, de la que (tras ver las tres primeras temporadas en castellano por Internet) he visto las temporadas 4 y 5 primero en versión original y luego dobladas en español, y de la que ahora acabo de ver su sexta temporada que sin duda repetiré cuando esté disponible doblada. Y como os podéis imaginar, a partir de aquí hay spoilers con lo cual continuar bajo vuestro propio riesgo.
A estas alturas quien sigue la serie ya de sobra conoce quien es su singular protagonista, pero para no depender tanto de la continuidad, en esta ocasión se da un salto temporal de un año desde los acontecimientos de la quinta temporada, de tal manera que no hay menciones a personajes pasados como Rita, Cody, Astor o Lumen. Eso no quiere decir que se olvide de lo anterior, ya que aquí nos reencontraremos (de manera secundaria) con Jonah, el hijo de Arthur Mitchell (alias Trinity) y posiblemente el mejor contrincante con el que se ha enfrentado Dexter y el único al que se le podría poner el título de némesis de nuestro antiheroe protagonista. Pero la auténtica sorpresa será el retorno de Brian Moser, hermano biológico de nuestro Dexter y más conocido como el Asesino del Camión de Hielo, su primer rival en la primera temporada. Pero no penséis que a los guionistas se les ha ido la olla, ya que aparecerá como mala conciencia de nuestro protagonista, en contraposición con la buena conciencia (siempre relativa teniendo en cuenta sus aficiones homicidas) representada por Harry Morgan, el padre adoptivo de Dexter.
La estructura de las temporadas de esta serie son (a grandes rasgos) la presentación de un asesino en serie que será objetivo de nuestro protagonista para impartirle su particular versión de la justicia. Si nos quedamos tan solo con esta definición sin duda alguna que (tal y como decía antes) el Trinity de la cuarta temporada sería el que podríamos denominar como contrincante definitivo, en lo que puede influir también el hecho del duro golpe que le da a Dexter, dejándolo viudo (aparte del gran papel de John Lithgow interpretándolo). Por eso que, desde entonces, los guionistas lo han tenido difícil, y aunque pueden ser personajes como algo de carisma (como el Jordan Chase de la quinta) el record de la cuarta sigue sin superarse. Y lo sigue incluso valorando los de este año, que pese al atractivo de los crímenes apocalípticos religiosos (¿casualidad por el cercano 2012?) no resultan tan inquietantes como el mencionado Trinity.
Pese a ello no negaré el carisma de los malvados de esta temporada, un profesor James Gellar interpretado por el veterano Edward James Olmos (el legendario Teniente Castillo de la ochentera Corrupción en Miami) y un Travis Marshall al que da vida Colin Hanks (hijo del famoso actor Tom Hanks, algo que desde luego no puede negar viendo el gran parecido físico que tiene con su padre) Con ellos tendremos sorpresa, que quizás a alguno le sea previsible, pero en la que yo caí, y es que pensad en la película El sexto sentido porque aquí el profesor Gellar sería lo mismo que Bruce Willis en aquella (todo desde la pervertida mente de Travis Marshall) pero algo lógico, visto a posteriori, teniendo en cuenta que Gellar tan solo interactúa con Travis. De todas maneras puede resultar igual demasiado crítico por mi parte pero el hijo de Tom Hanks no da el pego como asesino despiadado, ya que debido al citado gran parecido con su padre, uno lo asocia más a comedias románticas o dramas sensibleros que no a un thriller como es esta serie (aunque aún recuerdo su asesinato en Rastro oculto, la referencia previa que tenía de él)
De todas maneras los actores son tan solo una pieza del conjunto, y si el argumento acompaña el disfrute es mayor. Eso ha ocurrido de nuevo en esta temporada (con la intriga y el suspense al que nos tiene acostumbrados), si bien con matices ya que al estar englobada sobre un esquema prefijado en las anteriores entregas, uno ya se imagina (y no se equivoca) de que el villano de turno acabará en la mesa de Dexter donde será ajusticiado. Pero cuidado, aunque esto puede parecer previsible, tenemos sorpresa mayúscula al final con Debra descubriendo por fin la afición asesina de su hermano adoptado, y dejándonos con la GRAN incógnita de cómo reaccionará, máxime cuando su ascenso a Teniente visto esta temporada le ha supuesto un stress que la ha llevado a la psicóloga, donde analizando su estado de ánimo ahora está dudosa de si por Dexter siente amor entre hermanos… o amor de pareja.
Respecto al resto de personajes destacaría a Laguerta, que aquí parece convertirse en lo que fue en el primer libro del personaje (por como achucha a Debra tras un ascenso que ella claramente no le gusta) mientras que Batista y Quinn tienen fuertes roces a lo largo de esta temporada, debido a como el segundo cambia su carácter (para mal) debido a la ruptura de su relación con Debra. Pero la sorpresa está en los becarios de Masuka, primero con una atractiva rubia que se apropiará de la mano protésica del Asesino del Camión de Hielo (recordemos que hermano biológico de Dexter) y luego con su sustituto, al ser ella despedida en el acto, que parece un pardillo pero que esconde algo relacionado con el mismo asunto (que no explican, supongo que de cara a la séptima temporada) Por lo demás, y criticando quizás un poco el apresurado final de temporada en el conflicto entre Dexter y Travis, puedo decir que esta serie ya no es una serie magnífica pero sigue siendo una serie muy buena. A ver que pasará en las temporadas 7 y 8, según dicen las últimas…