Título: El hombre lobo
Título original: The wolf man
Dirección: Joe Johnston
País: Estados Unidos
Año: 2009
Fecha de estreno: 12/02/2010
Duración: 104 min.
Género: Thriller, Terror
Calificación: No recomendada para menores de 13 años
Reparto: Emily Blunt, Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weaving, Geraldine Chaplin, Art Malik, Kiran Shah, Elizabeth Croft, Sam Hazeldine, David Sterne
Guión: Andrew Kevin Walker, David Self
Distribuidora: Universal Pictures
Productora: Universal Pictures, Stuber Productions
SINOPSIS
Lawrence Talbot (Benicio del Toro) es un noble que debe regresar con su familia, muy a su pesar, tras la desaparición de su hermano. La vuelta a casa le hará recordar que está enemistado con su padre (Anthony Hopkins) y que perdió su juventud el día que murió su querida madre.
Pero ahora debe atender a su hermano, a la prometida de éste (Emily Blunt) y a los extraños sucesos que tienen lugar en el pueblo, donde los vecinos están siendo atacados por “algo” que impregna de sangre el ambiente. Lo que no sabe Lawrence es que él puede ser más peligroso todavía.
CRÍTICA
Hubo un tiempo, hace ya décadas, en que los monstruos consiguieron asustar a toda una generación, más inocente que la actual y por lo tanto más impresionable. Eran los tiempos de Drácula, Frankenstein, la Momia o el Hombre Lobo, por poner sólo unos ejemplos. Pero el mundo evoluciona, las generaciones van teniendo un mayor nivel de información, y por lo tanto los miedos que asustaban a nuestros abuelos ya no nos inquietan, ya no nos asustan, ya pierden…. ¿su razón de ser? No… si se saben tratar.
En el género del terror probablemente la criatura más revisionada una y otra vez han sido los vampiros, pudiendo ir los resultados y la calidad en función de lo que uno espere (y sino compárense los de las películas Crepúsculo, 30 días de oscuridad, Blade o Drácula de Francis Ford Coppola, todos ellos los mismos personajes pero desde diferentes puntos de vista) En ese sentido la última que he citado es el mejor ejemplo de cómo reinventar para las nuevas generaciones todo un clásico del miedo, transformándolo en un drama romántico y épico realmente digno de ser una de las mejores películas de las últimas décadas (al menos bajo la humilde opinión de este servidor). Parte del mérito, como no, hay que adjudicárselo a Coppola, que supo insuflar en la cinta un toque personal, al que ayudaron unos actores en estado de gracia (incluso el muchas veces criticado Keanu Reeves hizo aquí uno de sus mejores papeles, nuevamente bajo mi humilde opinión). Ese género revisionista continuó con el Frankenstein de Kenneth Branagh, de un estilo parecido al Drácula Coppoliano en cuanto a drama romántico de época con toques de terror. Lamentablemente la grandilocuencia propia de su director provocó un resultado final con tantos admiradores como detractores, a lo que hay que sumar un fracaso en taquilla al competir (y perder) con el estreno de Entrevista con el vampiro (el preludio más claro a la actual y famosa Saga Crepúsculo)
La esperanza (al menos la mía) era el encontrarme con algo al mismo nivel que los dos films de los noventa antes citados, cosa que tengo que decir que si me han dado en el apartado visual… aunque no en el argumental. Con una montaña de incidencias hasta que por fin ha visto la luz (cambio de director, varios retrasos en su fecha de estreno, etc.), el mayor problema del que cojea este Hombre Lobo es sin duda su guión, y es que lejos de complejidades góticas o dramas filosóficos, aquí simplemente tenemos un drama familiar que interrelaciona a los cuatro protagonistas de la película (o sea, Benicio del Toro como el protagonista, Anthony Hopkins como su padre, Emily Blunt como su amada y Hugo Weaving como el inspector que lo persigue) No habría problema en ello si no fuera porque en los 104 minutos de metraje los personajes apenas son esbozados, sin una progresión que los haga no sólo creíbles, sino empatizables: sirva como ejemplo la apenas episódica relación entre los personajes de Benicio del Toro y Emily Blunt, lo poco (tirando a nada) que se desarrolla al Inspector Abberline interpretado por Weaving (máxime cuando fue un personaje real que investigó el famoso caso de Jack el Destripador) o lo poco que se profundiza en el personaje de Anthony Hopkins, por momentos más interesante que el mismo protagonista. Incluso la (relativa) mayor sorpresa que nos da la historia (el saber quien es el otro Hombre Lobo de la historia) peca de ser previsible de manera muy clara. Eso si, hay que agradecerle unas escenas de acción donde en los ataques del licántropo la sangre corre a mansalva (cosa que es lo lógico y lo normal…. pero todos sabemos los tiempos tan hipócritamente censurables en los que vivimos, en especial en los Estados Unidos, país de origen de la película)
Puede que en el fondo sólo hayan buscado realizar un film que contente al mayor público posible (cogiendo por tanto el camino de la sencillez y la simplicidad), pero con los materiales con los que partía y el reparto que tenía, sin duda alguna le queda a uno la sensación de que este Hombre Lobo se ha quedado a medias de lo que podía haber sido (un film al nivel de la obra maestra del Drácula de Coppola, o el destacable resultado del Frankenstein de Branagh) para convertirse en un mero entretenimiento, eficaz y con el que uno no se aburre, aunque sin detalles que lo hagan perdurable en la memoria (salvo quizás, como he citado antes, los brutales ataques del licántropo). Y eso pese a que las labores de vestuario, fotografía, maquillaje, banda sonora, efectos especiales, etc son magníficas, sobretodo con un Hombre Lobo tan respetuoso con el original (encarnado por Lon Chaney) como creíble teniendo en cuenta los tiempos en los que vivimos, en los que los espectadores han perdido la inocencia que citaba al principio de este comentario, y por lo tanto quieren algo que parezca real y no un burdo maquillaje. Parte de ese mérito va sin duda para Rick Baker y su equipo, cuya labor es digna de mérito (atención a la bestial transformación, realmente asombrosa), pero lamentablemente tanto eso que el resto de detalles no consiguen mantener una película a la que Johnston no parece haber aportado nada más allá de un nombre en la silla del director (detalles a priori tan interesantes como que la licantropía sea tratada como una enfermedad mental apenas son simplemente esbozados como preámbulo a uno de los ataques de la bestia). Por lo tanto sin garra ni fuerza en su historia como para atrapar al espectador, el film se convierte simplemente en una película más, a la que salvan sin duda más los detalles secundarios que por lo que es en si el film. ¿Qué hubiera hecho con este material Mark Romanek, su responsable inicial, u otro director con toques personales como por ejemplo Tim Burton? Ante eso sólo nos queda especular.
LO MEJOR: Los actores masculinos (Emily Blunt no es que lo haga mal, simplemente es que su personaje es el más flojito de los cuatro principales). También los detalles propios de un film de estas características (decorados, fotografia, vestuario, etc.) con especial mención a los efectos especiales y de maquillaje a cargo del maestro Rick Baker.
LO PEOR: Con una base y unos elementos como para crear una gran película, el resultado final peca de simple y previsible (aún siendo eficaz y entretenido), probablemente por culpa de su accidentada post-producción así como del impersonal tratamiento de su director en el producto final.