En una cartelera con tantos y tantos estrenos reconozco que hace tres años dejé pasar la primera entrega de esta (me imagino) saga, porque me parecía otra vuelta de tuerca sobre el género de la desmitificación paródica de monstruos que ya tuvo su momento de éxito y gloria con Los Monsters, un clásico de televisión del que disfruté en mi infancia cuando fue repuesto en aquel otro programa mítico como fue La bola de cristal. También es verdad que el hecho de que estuviera implicado el nefasto Adam Sandler influyó en tal decisión, si bien eso se pierde en la versión doblada (en la original le da voz a Drácula mientras que aqui en España eso corre a cargo de Santiago Segura)
Pero ya que este año hice lo mismo con la saga Insidious (ver la tercera entrega, y si me gustara -que va a ser que no- valorar el ver las previas) decidí jugármela con esta secuela y arriesgarme… pese a que aqui el temible Adam Sandler no solo pone la voz a Drácula sino que repite de nuevo como productor y se estrena como coguionista, labor que supongo que continuará en futuras secuelas (los números cantan, y con lo que ya lleva recaudado es lógico que sigan pensando en exprimir este filón)
¿Porqué Hotel Transilvania 2 es una película TAN infantil? No digo que TODA la animación que se estrene tenga que ser comparada con Pixar, pero es que aunque ellos también tengan sus errores (por ejemplo Cars 2) su política hasta la fecha ha sido hacer películas ingeniosas, como lo ha sido este año Del Revés (Inside Out) a la espera en breve de lo que nos ofrezcan con El viaje de Arlo (The good dinosaur) Si ellos son capaces de realizar CINE así, en mayúsculas (apto para TODOS los públicos), ¿porqué la competencia busca contentar tan solo a los más pequeños con productos como este?
El problema está, en origen, en un guión muy blando y predecible, donde se nota la mano de Sandler (para mal) logrando que esas míticas criaturas pierdan todo su posible potencial, para caer en el chiste facilón y repetitivo que le hará gracia a los más pequeños (eso nadie lo niega), pero que a los que sean más mayores les resultará estúpido e infantil (no miento: mientras estaba viéndola me removí inquieto en mi butaca, sin saber como ponerme algo cómodo del tremendo hastío que me estaba provocando el film, ¡y eso que apenas son 89 minutos con créditos incluidos!)
Al pase al que asistí ví la versión doblada en español, con lo cual el trabajo vocal de Sandler me lo ahorré… lo malo es que el doblaje español es tan ATROZ que al final resulta más o menos simpático (aunque te lleva a preguntarte si es que no hay en este pais actores de doblaje especialistas, sin tener que contratar a unos cuantos famosos que no aportan nada al resultado final) En referencia a eso me provocó un evidente “déjà vu” el trabajo de Santiago Segura como Drácula, ya que recordemos que ha sido la voz de Sully en las dos entregas de Montruos S.A.
El compañero con el que asistí al pase, que si había visto la primera, me citó que entre lo mejor de la misma estaban las múltiples referencias a los títulos donde habían salido los monstruos protagonistas (que supongo que sería el aliciente que pusieron en ella para el público adulto) En su secuela el guiño más evidente que ví fue cuando en su tramo final el yerno de Drácula se viste como inmortalizó Coppola al citado vampiro con su apariencia anciana en su clásico de 1992, siendo el resto una agotadora sucesión de gags con la que, como mucho, esbozas alguna que otra sonrisa (en mi caso fueron creo tan solo un par y con el personaje de Blooby, esa masa verdosa que solo hace ruidos, que al menos se me hizo simpática por no decir tantas estupideces como el resto)
¿Hay algo a resaltar de esta película? Pues la verdad que poco, pero si hay algo: cuando antes he citado su atroz doblaje era porque se nota mucho que por ejemplo gente como Alaska o su marido Mario Vaquerizo no son expertos en el tema, pero aunque por la película circule (por poner un ejemplo) un licántropo ¡con acento andaluz!, el mayor mérito está en el actor Arturo Fernández, cuya labor sobre las tablas le otorga la experiencia necesaria para doblar al abuelo Vlad con ese estilo suyo tan particular (“chatín” incluido) con el que nos divirtió en la serie La casa de los lios. Asimismo la calidad técnica de la animación es notable y cuidada (¡sólo hubiera faltado que encima estuviera mal en ese apartado!)
la primera es muy graciosa