Entre machacas y becarios

Infierno azul

Si nos atenemos a su filmografía, no se puede admitir que el catalán Jaume Collet-Serra sea un director de títulos excelentes (creo que no miento si digo que no tiene ni uno) pero si nos ha hecho disfrutar a los espectadores con películas correctas (lo cual tampoco está mal) Lejos del prestigio que buscan otros realizadores como Pedro Almodóvar o Alejandro Amenabar, las películas de este director tan solo pretenden hacerle pasar un rato más o menos entretenido al espectador, algo que ha entendido muy bien el actor Liam Neeson, que ha colaborado con él en hasta tres ocasiones (Sin identidad, Non-Stop (Sin escalas) y Una noche para sobrevivir)

En su nuevo trabajo la protagonista es la actriz Blake Lively (vista en el film Green Lantern, fallida adaptación del citado superhéroe de DC) que mantiene sobre sus hombros todo el peso de una historia que han querido vender como la nueva Tiburón (cosa que NO es) pero que no negaré que me hizo pasar un buen rato de entretenimiento (es sincera y tampoco aspira a más), pese a ciertas licencias que se toma de cara a aumentar la tensión del relato.

El guión de Anthony Jazwinski parte con una premisa muy sencilla: Nancy es una joven norteamericana que viaja a México para practicar surf en una playa donde su madre fue cuando estaba embarazada de ella (en la concisa presentación de la protagonista ya se nos insinua que ese viaje es como homenaje a la misma, fallecida hace poco ¿por cáncer?, siendo también la justificación para que Nancy estudie para ser doctora, conocimientos médicos que le irán bien más adelante…) Lo que se pretendía una jornada tranquila para surfear se verá trastocada cuando un tiburón decida que nuestra protagonista es un bocado demasiado apetitoso como para dejar que se le escape, arrinconándola en una roca que se hundirá cuando suba la marea, por lo que tendrá que decidir cuanto antes la forma de salvarse, ya que tiene el tiempo en su contra y al escualo al acecho.

Con una narración concisa que hace que el film dure justo lo que tiene que durar (87 minutos que se pasan en un suspiro) el director se recrea en los dos mayores alicientes que se le ofrecen: unos paisajes paradisiacos (excelente la fotografía de la película) y el físico de nuestra heroina (algo de lo que no me quejaré), detalles ambos que lucen en todo su esplendor. Y aunque lo primero ya se supone (al ser la película como es) la sorpresa estaría en lo segundo, porque aparte de su evidente belleza, la actriz Blake Lively demuestra carisma y aptitudes, no siendo tan solo una simple mujer para hacer bonito. Es justo también reconocer que hay ciertos giros en la historia un tanto discutibles, pero el director los resuelve de manera concisa, dándole al film ese tono de serie B (sin que ello sea un handicap) que lo hace un destacado entretenimiento para aquellos que se acerquen a él buscando un producto sencillo y sin pretensiones.

Aparte del director, hay otro español en este proyecto, un Óscar Jaenada que cumple de manera correcta con su función (al igual que el resto de secundarios) sabiendo que la estrella de la función es Blake Lively, los paradisiacos paisajes asi como un escualo que mantendrá viva la mala fama de estos animales desde que Steven Spielberg nos hizo temerlos hace más de 40 años con su mítica película Tiburón (Jaws), lo que dió origen a multitud de sucedáneos y variantes de todo tipo y condición (algunos bastante delirantes) sin llegar ninguno al nivel de dicho clásico. Al menos aqui Jaume Collet-Serra es consciente de sus limitaciones, y dentro de las mismas Infierno azul consigue ser un entretenimiento sencillo y solvente, que aceptado sin pretensiones no provoca vergüenza ajena, si bien algunos giros de la historia sean un tanto cuestionables (por ejemplo saltar de la intriga a la acción en su tramo final, buscando tan solo un toque más hollywoodiense al conjunto)

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