Entre machacas y becarios

La forma del agua

Tengo que admitir que hacía bastante tiempo que no esperaba una película con las ganas con las que he esperado este más reciente film de Guillermo del Toro, que en estos últimos meses ha recogido un montón de alabanzas y premios, que no serán los últimos siendo candidata a trece Oscars (es el título más nominado de esta 90ª edición) Aún así cuando alguna película recibe una gran cantidad de beneplácitos por todas partes, se le levanta a uno la suspicacia, ya que tantas alabanzas pueden hacer que el resultado global se antoje exagerado (si luego una vez vista la cosa no es para tanto) o que parezca justo (lo cual, seamos sinceros, no es algo tan habitual) por lo que en estos casos nadie es mejor crítico que uno mismo, sin entrar en lo que la temporada de premios ensalze.

El presente film fue presentado en el pasado Festival de Sitges pero como no pude acudir me tocó esperar hasta cerca de su estreno comercial. Eso me ha permitido echar un vistazo a alguna que otra crítica siendo las más negativas las que me paraba más por la simple curiosidad de ver que era lo que no convencía. Entre las mismas leí ciertos “parecidos razonables” que iban desde el clásico de La bella y la bestía (algo que, sin aún haberla visto, ya daba por supuesto por sus imágenes promocionales) al E.T. de Spielberg pasando por aquella comedia romántica de los ochenta entre Tom Hanks y la “sirena” Daryl Hannah titulada Un, dos, tres… Splash e incluso por películas más cercanas como Amelie. Dichas comparaciones estaban justificadas como si el mayor pecado de Guillermo del Toro hubiera sido ofrecer como original algo que no lo es tanto, pero encuentro yo que de sobras son conocidas cuales son las inclinaciones temáticas de este director, patentes en mayor o menor medida en toda su filmografía, con resultados desiguales pero aún asi apreciables.

Esta La forma del agua creo que es, junto con El laberinto del fauno, e incluso me atrevería a decir que superándola en uno o dos escalones, la mejor película que ha realizado Guillermo del Toro hasta el momento. De la misma manera que algunos directores mezclan conceptos en ocasiones poco novedosos, obteniendo un resultado final innovador en las formas (que no por un fondo ya más manido) como por ejemplo Tarantino (sin dudar de la calidad de algunos de sus títulos), en esta película el director mexicano nos ofrece un cuento de hadas en forma de fantasía romántica con toques de suspense, ciencia-ficción y drama, por lo creo que la mejor recomendación que se puede hacer de ella es ir a verla con esos conceptos en mente (o al menos los más aproximados) ya que de otra manera no se “entrará” en el relato del director, quedándose tan solo en la superficie de la historia. Reconozco que con dicha premisa algunos detalles que se ven a lo largo de la película pueden ser un tanto “chocantes” (soy el primero en admitir que unos pocos podrían considerarse un tanto “forzosos”, aunque son justificables para el desarrollo de la historia) pero asumido este relato en su totalidad, y conociendo las preferencias temáticas de su realizador, La forma del agua se postula de manera indudable como la película donde mejor ha sabido plasmarlas, quedando al final un resultado que si bien no es magistral (por poco), sin duda es excelente (lo cual ya es de agradecer)

Además de todo ello este título nos ofrece también una evidente crítica hacia ese puritanismo de ciertos sectores donde no se tolera lo diferente, lo que se sale de los cánones, quedando bien claro en esas imágenes de familias supuestamente felices bajo las que se esconde la insatisfacción. El personaje al que da vida Michael Shannon de una manera muy acertada refleja lo que he citado, que llega a su punto álgido en la propuesta depravada que le hace a la protagonista. Creo que es una lástima que este actor no esté nominado a mejor secundario, aunque en su lugar tenemos al entrañable personaje al que da vida Richard Jenkins así como la también muy destacable Octavia Spencer en el apartado de actriz secundaria, quedando patentes en ambos el mensaje contra la homofobia y el racismo respectivamente, a lo que sumar la discapacidad vocal de la protagonista (una excelente Sally Hawkins), entrando todo ello dentro de esos “defectos” que los alejan de ese american way of life que representaría el personaje de Shannon, pero al que facilmente se le ve su reverso tenebroso.

Otra semejanza bastante evidente, aunque en este caso se podría decir que “todo queda en casa”, es esa gran semejanza entre la criatura a la que encarna Doug Jones y el Abraham Sapien al que dió vida el mismo actor en las dos entregas de Hellboy dirigidas por Guillermo del Toro, siendo bastante sorprendente que el apartado de maquillaje de esta película no haya tenido nominación al Oscar viendo el excelente trabajo que hacen con este actor ya experto en recrear todo tipo de criaturas. A cambio de ese “olvido” se han destacado detalles como su soberbia ambientación (con unos decorados que casi serían un elemento tan primordial como los mismos actores) así como su notable banda sonora, compuesta por Alexandre Desplat. En resumen se puede decir que con La forma del agua el director Guillermo del Toro ensalza a su muy apreciado género fantástico para demostrar que en él caben incluso reflexiones sobre nuestra condición en hermosos relatos que van más allá del mero vehículo para llevar a cabo el enésimo taquillazo espectacular por fuera pero vacio por dentro.

============================
Exit mobile version