Admito que pertenezco a la generación que conoció a Los Pitufos por la famosa serie de animación de los ochenta (aunque conservo una foto de cuando era un bebé en el que mi madre me había puesto en la cuna, entre otros peluches, uno de Papá Pitufo o Gran Pitufo, por lo que lo mio ya vendría desde mi más tierna infancia) Pero mira tú por donde que para traerlos a las nuevas generaciones se realizó el film de 2011 que no niego que me entretuvo, pero que admito que no logró convencerme (al menos no como para ver la posterior secuela, inédita para mi en el momento en que escribo estas líneas)
Y es que en el fondo no acababan de cuadrar la situación de ver a esos duendecillos azules perdidos en Nueva York cual si fueran una especie de Gremlins: de hecho no había en la primera película (y supongo que en la segunda tampoco) esa esencia clásica de los famosos personajes ideados por Peyo hace más de medio siglo, ya que su idiosincrasia es tan particular que resulta muy dificil (cuando no imposible) hacer una versión real de unos personajes tan específicos (cosa que también le ocurre a otros famosos personajes tales como Mortadelo y Filemón o Asterix, ambos con su origen en las viñetas y que han tenido versiones tanto de animación como en acción real, decepcionando estas últimas)
No voy a decir que esta película sea la gran maravilla, pero sin duda se trata de una clara mejora respecto a las previas, siendo este film una colorida aventura con la que seguro que disfrutarán los más pequeños de la casa con un nivel de animación adecuado al conjunto y con una trama sencilla (en ocasiones igual demasiado) pero en donde al menos estos personajes si parecen estar en el ambiente que les corresponde, y no perdidos en nuestro mundo en el que no pintaban mucho que digamos. En esta ocasión la historia da comienzo cuando la Pitufina intenta ser definida por alguna característica (algo inherente en estos azules personajes) ya que mientras el resto tiene particularidades unitarias al ser Pitufos de nacimiento, ella no parece tener al ser su origen la magía del malvado Gargamel (el cual aqui mejora y se parece más al de las viñetas, lejos de la histriónica interpretación de Hank Azaria en los films en acción real)
A partir de ahi se establece una aventura en la que los protagonistas serán Pitufina y tres pitufos más (fortachón, torpe y filósofo) los cuales tendran que sortear los obstáculos que se encontrarán en un bosque prohibido muy llamativo para llegar a la aldea del título (que no es la de ellos) antes que el pérfido Gargamel, que les persigue junto con su gato Azrael y un buitre algo torpe (el plan del malvado brujo es cazar a todos los pitufos para sacarles su esencia vital y con ello conseguir el poder supremo) Las andanzas de los personajes en su periplo tienen un buen ritmo, siendo cierta sensación de repetición en la definición de sus características lo que quizás puede ser menos gracioso para los adultos (aunque sin duda divertirá a los niños) no olvidando la inclusión, mediante adaptación, de las nuevas tecnologias, siendo ahi muy ingeniosas las muchas utilidades de la mariquita que les acompaña (cámara, impresora, etc.)
- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 31 de marzo de 2017
- LO MEJOR: Esa nostalgia que representan como elemento de mi infancia, aparte de moverse mejor en la animación que en acción real (y detalles como la mariquita multiusos)
- LO PEOR: Son personajes infantiles, y como tal pueden resultar simples para el espectador adulto, aparte de cierta reiteración en las definiciones de las caracteristicas que los hace únicos.
- LA NOTA: Me acompañó en el pase el amigo Doc Pastor, también fan de estos personajes, que me citó lo acertado que sería una adaptación LITERAL de la obra de Peyo ambientada en la Edad Media y con personajes como Johan y Pirluit que forman parte del universo en viñetas de los Pitufos.
El “buitre” es el Ketekasko, protagonista de uno de los libros de los Pitufos (nº 6 de la edición de Norma) y que diseñó el genial André Franquin para su amigo Peyo.
Gracias por tu comentario José. 🙂