Si la sal se vuelve sosa, ¿quién podrá salar el mundo? Nuestra vida es levadura, nuestro amor será fecundo. Siendo siempre tus testigos, cumpliremos el destino. Sembraremos de esperanza y alegría los caminos. Cuanto soy y cuanto tengo, la ilusión y el desaliento. Yo te ofrezco mi semilla, y tú pones el fermento.