Tappy nace en Sevilla el 20 de Diciembre de 1979, sobre las 3 o 4 de la mañana. Desde entonces, es la hora a la que suele llegar a casa.
Entre monjas y directores severos, pasa la guardería, EGB y COU en el mismo colegio, uno público del que no puede salir durante el recreo, por eso su primer cigarro se lo fuma en la facultad. Siendo un niño bajo, gordo y con gafas, tuvo que refugiarse en ser “el gracioso”, pasando por motes variopintos como “Coco”, “Tortuga” (su favorita era Donatello) o “Pablito”, que duró hasta que terminó de crecer (continuó siendo Pablito).
En 1997 entra en la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla, realizando Publicidad y Relaciones Públicas tras suspender el ingreso a Bellas Artes, él sigue asegurando que hubo enchufe: “los había peores que el mío y entraron”. Cuatro añitos de carrera y una asignatura colgada en un 5º inexistente le hicieron ganarse el apodo de Tappy, al menos la carrera le sirvió para algo.
Tras deambular por algunas agencias sin ganas de madrugar, en Abril de 2002 vio abierta la puerta a los monólogos cuando una amiga le preguntó si actuaría en su bar, él se lo pensó. Cuando le preguntó cuánto cobraba dejó de pensárselo. En 2003 graba su primer monólogo en Paramount Comedy, y desde entonces: “Galas, premios, mujeres, fama, dinero”… Todo eso lo lleva apuntado en una libreta que va tachando. A día de hoy sólo ha tachado: “un tío me pidió un autógrafo confundiéndome con otro”.
Han pasado 6 años desde que empezó en el mundo de la comedia y está contento, va logrando su sueño sin recurrir a acostarse con una actrices famosas, que tampoco le importaría. Hoy es más cómico que ayer y menos que mañana, y todo por la sonrisa de un niño (lástima que a los bares donde actúa no permitan la entrada a menores de edad).
como siempre muy bien 🙂 seguir a si