Entre machacas y becarios

Ninja Turtles: fuera de las sombras

Aprovechando el éxito de la primera, han tardado más bien poco con esta secuela de unos personajes (en origen) de comic tan populares como Las Tortugas Ninja, que vivieron su época de mayor auge en los años 80 y principios de los 90. Estrenada hace un par de años los casi 500 millones de dólares recaudados a nivel mundial (sobre un presupuesto de 125) de Ninja Turtles fueron motivos suficientes para dar pie a esta secuela, pero si ya entonces estábamos ante una película correcta y entretenida (dentro del tipo de producto que es), esta secuela corría el riesgo de aumentar los errores de aquella, ya que no olvidemos que el productor es Michael Bay (a quien le debemos, entre otras, la saga Transformers); y todos sabemos que cuando este señor mete mano en algo, su estilo (para bien o para mal, aunque más de lo segundo) se nota.

Aún siendo rentable, la anterior entrega cosechó críticas no muy buenas, algo de lo que esta tampoco se librará, pero si uno entra a valorarla tan solo como producto de entretenimiento (ni más ni menos que lo que es) pensando que esta secuela sería igual, o (estando Bay) un poco peor que la anterior, para mi sorpresa he de admitir que me he encontrado con un producto final con sus errores, pero que convence más al recurrir a algo que encandilará a los (ahora) adultos que vivieron en su juventud la serie de animación que hizo famosas a estas tortugas: la nostalgia de aquellos años. ¿Es mejor o peor que la primera? Pues me atrevería a decir que un poquito más de lo primero que de lo segundo gracias a esos recuerdos de cuando eramos (más) jóvenes.

Cuidado, porque admito que es una película entretenida teniendo en cuenta el tipo de producto que es, lo que no quita para que presente los errores habituales en el cine auspiciado por Bay, como un humor más bien tonto en muchos momentos, la mayoría centrado en los villanos Bebop y Rocksteady, meras comparsas para darle un “alivio cómico” al conjunto (no los recordaba tan bobalicones de la serie de televisión, pero resultan uno de los muchos detalles que nos recuerda a la misma) Vuelve también Shredder, que aqui se parece más al mítico villano de estos personajes y no tanto a un transformer como ocurría en la anterior película, si bien puede pecar de no estar aprovechado en todo su potencial.

Otra nueva inclusión en esta secuela sería Krang, personaje muy logrado en su aspecto visual, pero cuya amenaza nunca acaba de dar la sensación de serlo (por más que el tramo final no tenga que envidiar nada a los excesos de la franquicia de los Transformers) así como Baxter Stockman, que está a cargo de un Tyler Perry en consonancia con el carácter de este film. Por su parte en el lado de los héroes entra Casey Jones, al que da vida el actor Stephen Amell (el protagonista de la serie de televisión Arrow) que junto con April O’Neil (de nuevo a cargo de Megan Fox) y los cuatro quelonios ninja tendrán que lidiar con unos villanos que quieren poner en jaque a todo el planeta.

Con la sencilla y básica premisa de buenos contra malos (siendo su público potencial los niños, ¿para qué complicarlo más?), esta secuela nos muestra a unas tortugas desenfadadas y divertidas, que de nuevo nos recuerdan a la serie ochentera. Las mismas estrenan furgoneta blindada como la vista allí, y el famoso tema de cabecera que las popularizó se puede escuchar en mayor o menor medida durante la película (y en todo su esplendor en los títulos de crédito finales) Con tantos detalles es lógico que uno sea más condescendiente en temas como la duración (112 excesivos minutos, con escenas tan obviables como la inicial en la cancha de baloncesto) o con que quizás no se aprovecha del todo a todos los personajes (aparte de lo citado antes de Shredder, otro que apenas sale aqui es Splinter)

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