Men in black international
En 1997 (hace ya 22 años) llegaba a las pantallas Men in black, un film que tenía el espíritu del cine fantástico de serie B, lo único que con un presupuesto de serie A. En aquel entonces aún estaba esa moda por lo del cambio de milenio, por lo que el éxito de una propuesta así era tan lógico como el que tenía por aquel entonces la mítica serie Expediente X. El problema venía porque una historia que bien podría ser heredera de la mencionada obra de Chris Carter fue salpimentada con el humor tan particular del por entonces actor de moda, Will Smith. Pero al final el resultado fue una cinta algo mejor de lo esperado, al menos para un servidor, si bien me dejó con ganas de ver como se hubiera enfocado esto como parece ser que lo hizo en los comics, pero aceptando lo que allí plantearon cinco años después repetí con Men in black II… y ya la cosa no fue para tanto.
La franquicia tardó diez años en volver a ponerse en marcha, y lo hizo en 2012 con la evidente Men in black III, que de nuevo supo acertar aunque la química entre su pareja protagonista (Tommy Lee Jones y Will Smith) quedó en cierto segundo plano, por el viaje temporal en el que Josh Brolin recogía el testigo para encarnar a un joven Agente K en el pasado, siendo sin duda uno de los mayores aciertos de aquella entrega, que parecía culminar esta saga hasta que fuera reiniciada por otros responsables y en otra dirección. Con la presente Men in black international digamos que se cumple lo primero pero no lo segundo, jugando a dar más de lo mismo.
Que GRANDE era el CINE ESPAÑOL
Las más grandes obras maestras, de la historia del cine español:
X-Men: Fénix Oscura
De los mutantes de Marvel hay que reconocer que Fox ha hecho films para todos los gustos: tenemos la trilogia inicial, la de Lobezno y esa trilogia precuela (que con el presente título deja de serlo, porque ya es el cuarto) a lo que añadir las dos entregas de Deadpool. La calidad de esa docena de cintas (contando la presente) ha sido variable, con picos de bastante validez pero también con agujeros de la indiferencia más absoluta. Aunque fuera Bryan Singer quien comenzó esta franquicia hace ya casi 20 años, el hecho de ser el director que se ha encargado de más entregas (cuatro hasta el momento) no ha sido obstáculo para que se haya equivocado, como dejó patente en Apocalipsis, la entrega previa a esta. Por eso que el cambio a Simon Kinberg, el director de esta entrega que hasta ahora había actuado como productor de esta franquicia, dejaba las puertas abiertas a que el resultado final fuera a mejor… o empeorara (insisto en que son 12 películas donde ha habido de todo) Afortunadamente hay más de lo primero que de lo segundo.
En esta X-Men: Fénix Oscura siguen la misma evolución por décadas que en las secuelas previas, de tal manera que si Primera Generación estaba ambientada en los años sesenta, Dias del futuro pasado en los años setenta y Apocalipsis en los años ochenta, la de ahora nos situa en 1992. Se cierra esta extensa saga, a la espera de que sea relanzada por Disney una vez la integre en el universo Marvel cinematográfico, y lo hace intentando corregir errores previos, al volver a una historia ya vista en X-Men 3: La decisión final.
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