Entre machacas y becarios

El pasajero (The commuter)

Desde que triunfó hace una década con Venganza (Taken) la carrera de Liam Neeson le ha llevado a ser cabeza de cartel en multitud de títulos donde ejercía de maduro héroe de acción, de entre los cuales llama la atención su amigable relación con el director catalán Jaume Collet-Serra, que los ha llevado a que ambos hayan coincidido en Sin identidad, Non-Stop (sin escalas) y Una noche para sobrevivir, a la que se suma ahora esta El pasajero (The commuter) como su cuarta colaboración en común. Quien esté al tanto de la citada trayectoria de Neeson, que aqui vuelve a coincidir con el director con el que más ha trabajado en estos últimos años, no les causará asombro el hecho de encontrar en este caso un producto solvente orquestado para que se luzca su protagonista, que vendría a ser casi como uno de los trabajos previos de estos dos (Non-Stop) pero cambiando del escenario aéreo de un avión al de un tren suburbano.

En esta faceta como héroe de acción de Neeson sus personajes se han caracterizado por ser personas más o menos normales y corrientes que se ven inmersos en situaciones extraordinarias, que les llevan a tener que tomar medidas extraordinarias. Uno de los alicientes más manidos para que se establezca la acción es secuestrar a alguien de la familia del héroe al que interpreta, obligándolo a realizar lo que le digan bajo la amenaza de acabar con ellos, si bien los recursos extraordinarios de su esquemático héroe de acción le servirán para resolver la situación y salir indemne de la misma. Por ese mismo camino circulamos aqui.

En esta El pasajero el héroe de Neeson se llama Michael MacCauley, aunque para el caso podría haber sido sin problemas cualquiera de los personajes previos a los que ha interpretado en esta última década. Nos lo presentan como un agente de seguros y cabeza de familia responsable y respetable, al que le queda poco para la jubilación (el propio personaje admite tener 60 años, cinco menos de los que tiene ahora mismo el actor) El film comienza mostrando su rutinaria vida, uno de cuyos detalles es su acostumbrado uso del tren de cercanias para ir a su trabajo, hecho que se repite una y otra vez hasta cierto día en que, tras ser sospechosamente despedido, en su viaje ferroviario se cruza con el misterioso personaje al que interpreta Vera Farmiga, la cual le propondrá un trato a priori bien sencillo y generosamente remunerado. Lo que en inicio tenía pinta de ser una mera anécdota curiosa pronto se convierte en algo mucho más peligroso, un ultimatum en el cual se verá inmerso de manera forzosa, y del que no hay opción a la negativa o el error, o su familia pagará las consecuencias.

Esta película no engaña a nadie, y de hecho vendría a entroncar con ese estilo clásico en el género de acción que popularizó hace unas décadas la saga Jungla de Cristal, siendo una fórmula que ha tenido multitud de variantes que han girado en su mayoría por ejes conocidos. Aunque la mayor parte de la película transcurra dentro del tren, hay que reconocer que Collet-Serra consigue que en ningún momento se sienta uno aburrido, ya que logra sacar el máximo partido de ese escenario tan reducido hasta el punto de mostrarnos siempre que sea necesario hasta el menor recoveco del citado tren, incluyendo una escena que, comenzando en el billete marcado de un pasajero, lo recorre en toda su extensión. Por su parte Neeson aporta toda la solvencia que ha demostrado en otros trabajos similares, si bien la historia peca de la previsible esquematización de sus personajes, que resultan demasiado maniqueos, lo que se hace evidente entre los pasajeros del tren que se verán inmersos en la acción, si bien cumplen con corrección a lo que uno espera en un producto así.

Cabe citar que aunque esta sea la cuarta unión entre Jaume Collet-Serra y Liam Neeson, no es la única que hay, ya que el citado director repite aqui con Vera Farmiga (vista en la serie Bates Motel, y con la que trabajó en La huérfana) la cual a su vez también vuelve a coincidir con Patrick Wilson, que ha sido su marido en la ficción en la saga de terror Expediente Warren (The conjuring) Pero esos dos actores, al igual que ocurre con el también aqui presente Sam Neill, resultan tan solo meros secundarios (quizás demasiado) de una historia que vendría a ser otra vuelta de tuerca sobre un estilo que ya ha tenido multitud de variantes, siendo esta solvente y entretenida, si bien carente de detalles que la hagan resaltar por encima de propuestas similares, ofreciendo un trabajo en el fondo previsible aunque funcional. Como curiosidad el toque patrio, aparte de en la silla del director, lo tenemos en la presencia secundaria de la actriz española Clara Lago (famosa a raiz del éxito de las comedias Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes) como una de las pasajeras del tren.

============================
Exit mobile version