Fuí a ver El regreso de Mary Poppins hace ya unos días, pero había embargo sobre las críticas, me imagino que motivado para que no se solaparan con el estreno Disney de esa semana (que era Ralph rompe internet) De hecho fuí a verla el día antes que Spider-Man: Un nuevo universo aunque yo pensaba que me gustaría más la del arácnido que esta porque daba cierto aire de producto fuera de su época (el mundo y la sociedad ha cambiado bastante desde aquel lejano 1964 cuando se estrenó el film original) Mientras que la cinta animada de Spider-Man no me convenció tanto como yo pensaba, la sorpresa la tuve con esta secuela, que me gustó más de lo que yo esperaba (en lo cual creo que actúa mucho el “efecto nostalgia”, porque la película original recuerdo que fue una de las primeras que me llevaron a ver al cine en un doble programa de reestrenos donde también estaban Los aristogatos)
El primer mérito que se lleva El regreso de Mary Poppins es el hecho de ser capaz de lograr una secuela que no desmerezca frente al título original, más de medio siglo después. La diana apuntaba hacia Emily Blunt por el hecho de comparar su trabajo con el de la emblemática y clásica Julie Andrews, pero mientras que lo de aquella sin duda fue todo un icono (que marcó incluso a la propia intérprete), esta nueva Mary Poppins está encarnada de forma impecable por una notable y convincente Emily Blunt que ya sorprendió este año en otro film del todo contrario pero igual de destacable como Un lugar tranquilo, lo que demuestra su solvencia como actriz.
Pero aunque se acierte con la protagonista, quedaba la duda de como funcionaría todo lo demás, y ahi hay que admitir que el trabajo como director de Rob Marshall resulta notable, recuperando (aunque pudiera parecer algo dificil) el espíritu del film de Robert Stevenson. De hecho esta película no solo funciona como secuela de aquel título de 1964 sino que aspira (y por méritos propios creo que lo consigue) a convertirse en la sucesora de aquel clásico, adaptando su estilo al gusto de las nuevas generaciones. A diferencia de otras secuelas tardías, que suelen pecar de desvirtuar la base de la que parten, en este caso queda claro que estamos ante un producto al que si se le quiere achacar algo sería el hecho de estar planificado de manera que convenza a todo tipo de público: desde los adultos que recuerdan con cariño la película original a los niños de hoy en día (porque NUNCA hay que olvidar que estamos ante un film dirigido hacia ellos) que podrán experimentar las mismas sensaciones que vivieron sus progenitores.
Podría parecer una tarea dificil la de contentar a un sector tan amplio de público, pero la película sabe equilibrar de forma acertada que mientras que por un lado recupera ese tono del Disney más clásico, por otro lado eso no desmerezca frente a la parafernalia visual a la que suelen estar acostumbrados los espectadores actuales. Quizás es cierto que podría haberse decantado por lo facil y repetir algún número musical del clásico (por ejemplo el de Supercalifragilisticoespialidoso, que pensé que podría escuchar en algún momento dado, algo que no sucede) pero insisto en que estamos ante una continuación que se podría equiparar de forma paralela en su esquema a la película original, pero sin llegar a ser uno de esos casos de secuelas que se convierten más bien en remakes del título del que parten. Esa equivalencia se puede notar de una manera evidente en el farolero al que da vida Lin-Manuel Miranda, cuyo personaje se nota como heredero del deshollinador al que daba vida Dick Van Dyke en 1964 (el cual, por cierto, tiene un inesperado cameo en esta secuela con un papel diferente)
No sería la única sorpresa de esta película, ya que (como ya dejó patente en Mamma Mia y su secuela) la polifacética Meryl Streep tiene un pequeño papel en el que demostrar sus dotes para la canción. También tenemos por el reparto al villano al que da vida Colin Firth, si bien (a tono con el espíritu de esta historia) se podría decir de él que resulta más maquiavélico que malvado. Resulta también muy emotivo ese cameo final de Angela Lansbury, que recordemos que era la protagonista de La bruja novata, película de 1971 que fue dirigida por Robert Stevenson, responsable de la Mary Poppins original. En cuanto al resto del reparto habría que citar a Ben Wishaw y Emily Mortimer, que tienen a su cargo la versión adulta de los hermanos Banks de la película de 1964, quedando reflejado (especialmente en el caso de él) esa tristeza ante la pérdida de la inocencia infantil, algo palpable en su tercio final, y con la que los más adultos se sentirán identificados. Por su parte los más pequeños se verán reflejados en los tres hijos en la ficción de Wishaw, a los que se representa con acierto y respeto, sin desmerecerlos por el hecho de ser niños.
Con un diseño de producción soberbio y unos números musicales muy bien planificados (entre los cuales me gustó de forma especial ese que nos viene a dar a entender que no hay que juzgar un libro tan solo por su portada, lo cual siempre resulta un aliciente para animar a leer a las nuevas generaciones), El regreso de Mary Poppins se convierte en una inesperada y grata sorpresa que sabe recuperar el espíritu de ese cine infantil que había antes. Buen ejemplo de esa notable mezcla de elementos que maneja esta secuela estaría en la acertada combinación entre actores reales, animación clásica y digital en uno de los números musicales más vistosos y coloridos de esta película, si bien todos ellos son igual de destacables al estar enfocados en su puesta en escena para recordar a los musicales clásicos de Hollywood. En resumen una secuela que podía parecer que llegaba demasiado tarde y fuera de su época nos viene a demostrar que el espíritu sigue vigente, y que puede haber espacio para que tanto pasado como futuro (lo clásico y lo moderno) puedan coexistir en armonia.
- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 21 de diciembre de 2018
- Galería de posters por este enlace.
- LO MEJOR: Lo que podía parecer una secuela demasiado tardía y bastante innecesaria sorprende al recuperar el estilo y el espíritu de la Mary Poppins original con un resultado notable en todos sus aspectos.
- LO PEOR: Las comparaciones con el film de 1964 que realizarán los espectadores más puntillosos.