Tengo que admitir que uno de mis estrenos preferidos del pasado año fue Bohemian Rhapsody, una película en la que consta como director Bryan Singer (famoso responsable de varias entregas de los X-Men de Marvel), si bien por diversos problemas durante el rodaje que tampoco viene a colación recalcar hicieron que quien acabara esa película fuera Dexter Fletcher, que es el director de esta Rocketman. Si ambos son biopics de famosas figuras de la canción (una del malogrado Freddie Mercury, esta del aún entre nosotros Elton John), lo de comparar las dos obras sería evidente, máxime con el éxito de la primera tanto en taquilla como en premios (varios Oscars, incluyendo el de Rami Malek como mejor actor), si bien la crítica tuvo disparidad de opiniones sobre el film centrado en el mítico miembro del grupo Queen.
Si bastantes fueron los nombres que sonaron para encarnar a Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody (hasta que se lo llevó un muy acertado Rami Malek, que lo hizo en mi humilde opinión notablemente bien), es justo preguntarse que tal está Taron Egerton siendo aqui Elton John, porque si en el caso del primero se consiguió un efecto mimético al del malogrado artista pero NO era la voz de Malek la que oíamos, en este caso SI que el joven protagonista de las dos Kingsman (hasta la fecha) lo ofrece todo, incluso sus cuerdas vocales, para encarnar a este astro de la canción. Por encima de que luego el film convenza más o menos, es indudable que si se sustenta sería por la labor de Taron Egerton que creo que bien le merece una nominación en los próximos Oscar.
A partir de aqui ya entramos dentro de los gustos personales de cada cual, y aunque reconozco lo emblemático de muchos de los temas que ha compuesto y ha hecho populares Elton John, su figura nunca me ha resultado tan llamativa como la de Mercury, pese a que ambas coincidan en ese tono excéntrico que los caracterizó. Con esto me vengo a referir al hecho de que aunque la reciente Bohemian Rhapsody fuera un biopic que pasará MUY por encima de todos los excesos de la figura de su protagonista (de cara a que fuera un producto atractivo para la temporada de premios, como así ocurrió), sus temas si se me han hecho más emblemáticos y no me cuesta admitir que me emocioné en algunos momentos del film citado. Eso esperaba que me ocurrierá también aqui, pero no ha sido así, quedándome tan solo un biopic sin duda finiquitado con gran solvencia gracias no solo a la labor de su director y protagonista, sino también con secundarios como Bryce Dallas-Howard (como la madre del protagonista) o un notablemente convincente Jamie Bell (que se encumbró con Billy Elliot) encarnando en este film al letrista Bernie Taupin, en una interpretación que sería injusto ignorar.
Como toda estrella de la canción, Elton John también tuvo muchos excesos, no solo con el hecho de ser homosexual sino que también se pasó de la raya con las drogas y el alcohol, e incluso era adicto a las compras y al sexo. En el presente film no se esconde todo eso, pero está planteado para que en ningún momento se alce a los altares su mítica imagen, sino para que el espectador lo comprenda y lo redima ya que en su inicio queda plasmado que Reginald Kenneth Dwight (su nombre real) fue un chaval tímido y retraido, que nunca contó con unas suficientes muestras de afecto y comprensión por parte de toda la gente que tenía a su alrededor (en especial por parte de su padre, al que se representa como un hombre frío y sin sentimientos), por lo que tras comprobar su destreza con la música pronto “inventó” ese personaje público por el que se le ha conocido en su extensa carrera de más de 50 años. Con la evidente complicidad por parte de Elton John (productor de este biopic), queda claro que lo que nos ofrece este film es un relato de superación personal en la búsqueda de la felicidad que emprendió el protagonista (y le hizo caer en los vicios) pero de la que logró sobreponerse y salir.
- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 31 de mayo de 2019
- LO MEJOR: El tono fantástico-musical con el que se enfocan varios de los momentos más logrados de esta cinta (como el de la piscina), y su idea de no ser del todo complaciente con su figura. También destacaría la labor de Taron Egerton y Jamie Bell, así como la solvencia de todos sus responsables para ofrecer un film entretenido.
- LO PEOR: Más allá de que guste más o menos el artista, al estar implicado en la realización de este biopic (es productor) ciñe la correa de la libertad de expresión a los límites que él quiera marcar, quedando algo hueca de autocrítica, algo evidente en ese tono comprensivo sobre el hecho de no ser del todo complaciente.