Entre machacas y becarios

Han Solo: Una historia de Star Wars

En su afan por intentar que tengamos Star Wars hasta el límite, en los años que no toca un episodio de esta saga nos ofrecen una historia que sea complementaria, y aunque no sea del todo muy necesaria (sirva de ejemplo la previa Rogue One) siempre puede atraer al público necesario como para que el negocio siga funcionando. Eso me imagino que serán lo que esperan con el presente film, el segundo dentro de esos spin-offs surgidos de la saga-madre, y que en esta ocasión se centra en algo con mucho potencial que hasta ahora había permanecido inédito en la gran pantalla: los años de juventud del popular Han Solo, encarnado por el carismático Harrison Ford en su etapa adulta.

Y ahi radica el primer handicap de esta película, ya que lo que en Ford era inherente, el joven Alden Ehrenreich lo hace más impostado, de tal manera que ante esa carencia del carisma del que hacía gala en su etapa adulta, lo que veamos aqui nos pueda recordar al personaje ya conocido, pero por más esfuerzos que haga el mencionado Ehrenreich por intentar aparentar ser lo modelado por Ford, el resultado sería, a lo sumo, algo correcto (quiero ser magnánimo porque estamos hablando de un personaje mítico de esta saga, por lo que era bastante la presión sobre este joven actor, y como mínimo intenta esforzarse, otra cosa es el resultado final) Ese detalle resulta más evidente en las escenas con Donald Glover (el joven Lando Calrissian) el cual si derrocha un gran carisma que bien podría haber compartido con el protagonista de esta historia de Star Wars.

Hay que recordar que esta cinta fue al final dirigida por Ron Howard, el cual sustituyó a los en principio contratados Phil Lord y Christopher Miller, unos directores que en sus obras hasta la fecha (como por ejemplo La Lego-película) si han dado una imagen que bien podría concordar con el tono del protagonista de este film. Pero las desavenencias creativas les llevaron a salir del proyecto, entrando entonces Howard, un director que nunca se ha caracterizado por ser un genio pero que ha sabido ofrecer en este caso un espectáculo entretenido que sería, en última instancia, lo mínimo que se le puede pedir a una película de estas características. Siempre nos quedará la duda de como hubiera sido esto en las manos de los responsables originales, pero el cambio es al menos muy correcto, y como mínimo nos ofrece momentos tan icónicos como cuando Han conoció a Chewbacca y Lando Calrissian (incluyendo cuando le ganó el Halcón Milenario jugando al Sabbac), su mítico logro de conseguir pasar el corredor de Kessel en 12 parsecs o el origen de su apellido.

Han Solo coincide con Rogue One en no tener el típico prólogo de esta franquicia, e incluso se puede afirmar que no logra tampoco ser muy emblemática, pero al menos si cubre un hueco que había ahi y que los de Disney (propietaria actual de la saga) han sabido aprovechar, llevando a cabo un título complementario para satisfacción de las ingentes tropas de fans de Star Wars. En este caso es justo citar los secundarios que acompañan al joven Solo en esta aventura, en clara referencia a los siempre solventes Woody Harrelson y Paul Bettany, el primero como mentor de nuestro héroe y el segundo en el papel del antagonista principal, si bien este último quizás podría haber dado más de si. En cuanto a las actrices tenemos a Emilia Clarke y Thandie Newton, la primera como evidente interés romántico de Han Solo (si bien ella esconde secretos) y en el caso de la segunda con un papel más escueto en la historia. Como relativo alivio cómico se podría añadir en el grupo de las féminas a L3, una especie de robot feminista con una importancia más relativa y no siempre acertada.

De todas maneras hay algo inherente a las películas de hoy en día y es en muchos casos su excesiva duración: no diré que esta llegue a aburrir, pero resulta evidente que sus 135 minutos son excesivos, con lo que se podría haber quedado en la mesa de montaje algo de su metraje, ya que en muchos momentos su desarrollo resulta un poco lento teniendo en cuenta la sencillez de la historia que nos está narrando (de hecho muchos ya han citado que su esquema bien podría ser el de un clásico western, tan solo que en un ambiente de ciencia-ficción) La mayor sorpresa radica en su último tercio, cuando el personaje de Emilia Clarke se comunica con uno que creo fue sin duda lo mejor de La amenaza fantasma y que me llevó a dudar sobre el momento temporal en el que situar el presente film, que en un principio iba a colocar entre los episodios III y IV, más que nada porque aqui hay evidentes referencias al Imperio que nació en La venganza de los Sith y ya estaba en todo su esplendor en Una nueva esperanza, lo que la haria también previa a Rogue One (por lo que no me cuadraría ese cameo de dicho personaje, a menos que esté relacionado con alguno de los muchos derivados de esta rentable saga)

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