Todos estamos enganchados a algo, admitámoslo. Ya sean las pastillas, el café, las tragaperras, la consola, el chocolate, la Formula 1, el carajillo, el cine o los reality shows. Todos dependemos de algo. También todos tenemos sueños. Unos queremos perder peso, otros queremos más dinero, otros ansiamos un amor o salir en la tele. La sociedad que nos muestra Aronofsky está llena de gente infeliz que busca conseguir sus sueños. Lástima que los medios elegidos no sean los más acertados.