Esta película fue la revelación francesa del 2007, así que valía la pena el intento. El cine francés tiene fama de aburrido, tanta Nouvelle vague y tanto arte y ensayo le crearon esa fama hace décadas. Pero el nuevo cine francés no es tan aburrido aunque siga tratando los temas de siempre: las relaciones personales, el amor, la sociedad, etc.
Películas como Una casa de Locos o Los chicos del coro (por no hablar de las pelis de Jeunet y otros muchos) no son para nada aburridas. Igual deberíamos darle una oportunidad al cine del país vecino.