No soy muy aficionado al cine de Paul Thomas Anderson. Su primera película Boogie Nights no estaba mal y nos hizo pensar que estábamos ante una nueva promesa. Magnolia no me pareció una película tan genial como muchos otros opinan, demasiado larga y dispersa. Punch-drunk love (Embriagado de amor) no me gustó nada, es un experimento insoportable que sólo consiguió irritarme.
Anderson es un tipo que sabe rodar y siempre tiene historias interesantes pero es tan peculiar (leáse aburrido o pedante) que no es fácil conectar con su cine. Comparte con Wes Anderson no sólo el apellido sino también unas ganas tremendas de hacer lo que le da la gana e innovar. Innovar, lo que se dice innovar… sí que innova. Pero también aburre.
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