Adaptar un manga es una tarea siempre complicada en Hollywood, de la que los fans suelen dar buena cuenta en el momento de su estreno. En el caso del presente film la obra adaptada sería Gunnm de Yukito Kishiro, la cual encandiló en su momento a James Cameron hasta el punto de llevar casi dos décadas en la intentona de sacar adelante su adaptación en película. Al final se ha quedado como productor dejando en la silla de director a Robert Rodriguez, pero conociendo la forma de ser y el caracter más bien perfeccionista del responsable de títulos como Titanic o Avatar me imagino que sus directrices habran estado muy presentes en el resultado final, el cual valoro solamente como la película que al final es, ya que no me he leído el manga en el que está basada (dejo para otros el juzgar su fidelidad -o no- hacia las viñetas que le dieron origen)
Con la polémica previa de los “ojos grandes” de la protagonista, esta película tenía que haberse estrenado en un inicio el pasado verano del 2018 para luego sufrir otro retraso que la llevó hasta la temporada de estrenos navideños, al que siguió otro que la situó (ya de una manera definitiva) en febrero de este año. Con todo ello mis expectativas no eran muy altas, estando más o menos a la altura de la de Ghost in the shell, otra adaptación de estética similar, por lo que me ha resultado agradable el encontrar una película del todo espectacular a nivel visual (la ví en un pase en 3D, y sin duda le hace justicia) y bastante amena (si bien no redonda) a nivel argumental.