De todos es conocida la famosa saga de Star Wars pero lo que muchos igual no saben es que parte de la inspiración para darle forma vino del comic europeo Valerian: Agente espacio temporal de Pierre Christin y Jean-Claude Mézières. Como soy previsor cuando se estaba rodando esta película me ví por las bibliotecas dicha serie de comics y la probé para darle una oportunidad. Si no os suena mi reseña es porque no la hubo, ya que fue una lectura descartada porque el universo de ciencia-ficción que me planteaban se me hacía muy pesado. En mi defensa he de admitir que tampoco soy fan acérrimo de la franquicia Star Wars (la “hija bastarda” de dicho comic) aunque como mínimo si se me hace más disfrutable (con sus pros y sus contras) pero tenía curiosidad por comparar dicha supuesta “inspiración” (la cual resulta evidente) pese a que enseguida me ví desconectado de la historia por lo que al final la descarté.
Si los antecedentes no eran buenos en mi caso, ¿para qué la he visto? Principalmente es porque el nivel visual de dichos comics fue el que George Lucas recreó con los medios de los que disponía hace cuatro décadas (hablo del film inicial de 1977), por lo que los grandes avances que se han hecho en el campo de los efectos especiales hasta hoy en día me permitian pensar que como mínimo su aspecto visual lograría ser espectacular, en lo cual incluso puedo admitir que me he quedado corto porque este film de Luc Besson es apoteósico para los ojos. El problema es que es bonito por fuera pero vacio por dentro.