Retitulada como Proyecto Rampage aqui en España (porque me imagino que el simple Rampage original no es lo suficientemente atractivo) nos encontramos con la adaptación de un veterano videojuego de los 80 cuyo objetivo primordial eran tres bicharracos bien grandes y toda la destrucción que pudieran dejar a su paso. Ante ese panorama previo no esperaba yo nada que fuera de relevancia especial y tengo que admitir que no me equivoqué, incluso con el matiz de que al pase al que asistí la copia no tenía subtítulos pese a ser en versión original, lo cual no es obstáculo reseñable porque estamos ante una película tan sencilla (en esencia) como las instrucciones para chupar una piruleta.
El responsable de este simplista y llano entretenimiento (ni es más ni aspira a más) es Brad Peyton, que coincide aqui por tercera vez con Dwayne Johnson, protagonista masculino de una de esas películas donde los personajes son poco menos que estereotipos: a el heróico primatólogo encarnado por el mencionado ¿actor? (aunque escasa diferencia hay con cualquier personaje suyo previo) hay que añadir la obligatoria compañera (Naomie Harris), a Jeffrey Dean Morgan haciendo una variante de su Negan de The walking dead, más una pareja de villanos que se hace tan previsible que no acabarán bien que incluso en el caso de ella hubo aplausos entre el público (cabe citar que en parte estamos ante una de las mejores escenas de la película)