Ya me pasó con el anterior film que ví de este director (Al encuentro de Mr.Banks) y me ha vuelto a pasar con este, coincidiendo ambos en su condición de biopic: son títulos amenos y entretenidos pero sobre los cuales te queda la sensación de que las historias tratadas podrían haber dado más de si, quedándose tan solo en un resultado final que más o menos cuenta lo que tiene que contar con la relativa verdad que uno quiera suponer en la historia (en el caso del título antes indicado era evidente al no mostrar los detalles menos agradables de Disney mientras que aqui consigue que sintamos empatía hacia un personaje que en si no inventó nada, si no que cogió la idea de otros y la amplió mucho más allá de lo que hubieran imaginado sus creadores)
Es un tema muy recurrente el recelar de la buena calidad de lo que se vende en lugares como en este caso sería la cadena de restaurantes McDonalds, pero más allá de que cada cual tenga su propio dictamen acerca del tema, resulta curioso ver como esta película nos plantea lo que en origen era un negocio familiar, donde primaba la calidad por encima de la cantidad (aunque esta última se veía beneficiada por la velocidad en el servicio) y que se convirtió en la famosa marca que es hoy en día por la visión de futuro que tuvo el personaje encarnado por Michael Keaton, un corriente comercial que se ganaba la vida como buenamente podía a mediados del pasado siglo, y que cuando conoció a los hermanos McDonalds enseguida se dió cuenta que ahi había un gran negocio a explotar, y que sería él quien lo hiciera.