Desde que triunfó hace una década con Venganza (Taken) la carrera de Liam Neeson le ha llevado a ser cabeza de cartel en multitud de títulos donde ejercía de maduro héroe de acción, de entre los cuales llama la atención su amigable relación con el director catalán Jaume Collet-Serra, que los ha llevado a que ambos hayan coincidido en Sin identidad, Non-Stop (sin escalas) y Una noche para sobrevivir, a la que se suma ahora esta El pasajero (The commuter) como su cuarta colaboración en común. Quien esté al tanto de la citada trayectoria de Neeson, que aqui vuelve a coincidir con el director con el que más ha trabajado en estos últimos años, no les causará asombro el hecho de encontrar en este caso un producto solvente orquestado para que se luzca su protagonista, que vendría a ser casi como uno de los trabajos previos de estos dos (Non-Stop) pero cambiando del escenario aéreo de un avión al de un tren suburbano.