El terror y/o el suspense son géneros TAN COMÚNES que es muy dificil innovar, si bien esa tampoco es la mayor preocupación de aquellos que invierten en este tipo de películas, ya que con un presupuesto mínimo y actores poco conocidos (o nada) puede que en algún momento salte la chispa y se produzca alguna sorpresa o algo digno de mérito. En el caso de esta Escape Room estamos justo ante un ejemplo adecuado a lo que he citado, ya que costando 9 millones de dólares supera de largo los 100 a nivel mundial, por lo que no sería de extrañar que en breves meses tengamos lista la oportuna secuela (de hecho el final de Escape Room ya deja las puertas bien abiertas de cara a una continuación)