A finales de 2017 se estrenó una de esas películas que pueden parecer en principio simple material de relleno, pero que me sorprendió por su ingenioso tratamiento. Me refiero, como es evidente, a Feliz día de tu muerte, un título muy sencillo y sin pretensiones que sabía entrelazar con bastante acierto ese slasher tópico de toda la vida en medio de un bucle temporal cual si fuera la emblemática Atrapado en el tiempo, con lo cual quedaba dotada de un toque simpático y distintivo que la hacía novedosa en su premisa (aunque el resultado final no fuera más allá del simple entretenimiento) En eso debió de depender su inmenso éxito, ya que costando más o menos apenas cinco millones de dólares, multiplicó por 10 esa cifra tan solo en la taquilla norteamericana, recaudando 125 millones de dólares a nivel mundial.