En el cine de terror actual la sorpresa brilla por su ausencia, y si nos centramos en el género del slasher (asesino en serie con máscara degollando tiernos jovencitos) ya no digamos, porque las enésimas entregas de matarifes como Freddy Krueger, Michael Myers, etc. dan fé de que se les ha sacado todo el jugo posible. Admito que lo previsible de esas películas para el espectador actual va en detrimento de las mismas, pero resulta dificil a estas alturas innovar en un género que se mueve por parámetros preestablecidos que dan poco pie a la novedad.
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