¿Es Roland Emmerich un buen director? Sin duda no, algo evidente tan solo con ver las películas que ha perpetrado a lo largo de su carrera, donde a lo sumo ha salido alguna un poco entretenida y aún da gracias (ya cuando ví una de sus primeras películas, Soldado Universal, me pareció una burda copia del esquema de la mucho mejor Terminator 2) Como al aleman lo que mejor se le dan son los films de catastrofes, es en ese subgénero donde se concentra la mayoria de su obra, debido al éxito que consiguió hace 20 años con Independence Day, de la que ahora nos ofrece una secuela donde de nuevo la parafernalia de los efectos visuales (que nadie niega que son espectaculares) supera con creces a unos personajes que son puro estereotipo, hasta el punto de que uno valora si se atreverán a que los aliens ganen (lo cual si habría sido una novedad destacable)
La primera fue lo que muchos citan como “americanada” porque no dejaba de ser una historia donde una invasión que parecía que solo afectaba a Estados Unidos hacia que ¿toda la humanidad? se uniera para combatir al enemigo común. Dos décadas más tarde los aliens deciden hacer lo mismo pero MÁS A LO GRANDE, aunque el resultado final será el mismo (¿o es que alguien lo pone en duda y diran que es un spoiler?) pese a que hay que reconocer que la película consigue que no añoremos a Will Smith, uno de los protagonistas de la previa, aqui recordado como héroe y que es sustituido por su hijo (en la ficción) Si repiten otros como Bill Pullman o Jeff Goldblum aunque para el caso poco importa, ya que de nuevo se ven solapados por unos efectos visuales espectaculares que hacen que te importen bien poco esos molestos humanos que circulan por la película.