De vez en cuando sale un producto de masas, algo consumido (o como mínimo probado) por la gran mayoría del público, que lo llevará hacia el éxito inmediato, sin que sea obstáculo para ello la calidad del mismo (y en ese sentido cabe de todo: películas, series, programas, libros, etc.) Justo en relación a esto último hace ya una década (¡como pasa el tiempo!) el best-seller de moda era sin duda El código Da Vinci, el cual supieron adaptar de manera más o menos entretenida, aunque con algún que otro detalle un poco dificil de creer. Pese a que en su origen (literario) era precuela, el éxito de la película con Tom Hanks sacó adelante una secuela, Ángeles y demonios, que ya no engañaba (o al menos a mi no) demostrando ser un auténtico bodrio. Si en algún momento llegué a pensar en leerme la novela en la que se basaba, el ver aquello me quitó las ganas de golpe.
Dan Brown, el creador del personaje de Robert Langdon (al que da vida Tom Hanks) ya ha realizado una tetralogía con el mismo, y como en Hollywood hay escasez de ideas (y me remito a los tropecientos remakes, secuelas, precuelas, y reboots en marcha) se ha decidido adaptar Inferno para “completar” (por asi decirlo) la “trilogia DaVinci“. Cabe decir que si la primera tenía un aprobado raspado y la segunda era una chorrada, esta tercera no es tan mala como la previa pero ni por esas se puede calificar como un film como mínimo entretenido, a lo que no ayuda un Tom Hanks que se nota que se ha metido en este berenjenal tan solo por el correspondiente cheque.