Allá por los años 20 se inventaron los kleenex, unos desmaquilladores que “salían más baratos que lavar toallas”, tal y como nos dice este anuncio vintage. No era mala idea, ya que el material había sido utilizado con éxito en la Primera Guerra Mundial dentro de las máscaras antigás…
Lo que pasa, es que después fueron los propios consumidores los que sugirieron a la empresa que podían usarse para, por ejemplo, sonarse los mocos…
Es un momento curioso del Sr. Verde.