En el mundo actual en que internet te revela todo tipo de sorpresas (y no siempre agradables) es una tarea titánica acudir a una sala de cine sin tener ninguna referencia de lo que vamos a ver, restando entonces la ilusión y la citada sorpresa por elementos más tópicos y predecibles. Es usual que de las películas se sepa TODO casi desde su comienzo, sea por trailers que desvelan lo que no deben o por fotos en su rodaje, que hacen lo mismo.
Hace ya ocho años J.J.Abrams reveló la existencia de un título del que (hasta aquel momento) nadie sabia nada: me refiero a Cloverfield, que aqui en España recibió el absurdo nombre de Monstruoso. El interes por la citada película aumentó gracias a una campaña acertada que revelaba poco o casi nada, para asi sorprender al espectador (pese a que luego no dejara de ser una variante de los títulos de Godzilla con la fórmula del “metraje encontrado” que puso de moda unos años antes El proyecto de la bruja de Blair y que luego ha tenido multitud de variantes, como la saga española de Rec)
Ya en su momento se habló de secuela, porque con una inversión de 25 millones de dólares la película recaudó un poco más de 170 en todo el mundo, pero era evidente que cualquier tipo de continuación perdería el factor sorpresa, ya que no dejaría de ser lo mismo pero contado desde otro punto de vista. Y eso hasta que ahora, pasados ocho años del film anterior, se estrena esta Calle Cloverfield 10 que nos venden como secuela o spin-off del Cloverfield de 2008, de nuevo bajo el amparo en la tarea de productor de J.J.Abrams. Pero NO es dejeis engañar, no es ni lo uno ni lo otro, justificando el Cloverfield del título en un simple cartel que se descuelga en la huida final.