Es comprensible que si algo tiene éxito, lo expriman hasta el máximo, lo que suele ir de forma paralela con cierta reiteración y cansancio por parte del espectador, ya que se recalcan y reinsisten una y otra vez sobre los mismos conceptos. En el cine de animación eso es evidente en sagas como Shrek (o esta misma), cuyas ideas iniciales nadie les niega que son originales, curiosas y entretenidas, pero que se quedan cortas en las sucesivas secuelas, al no tener nada nuevo que añadir. Y eso es lo que ocurre en esta tercera entrega, pecando de los mismos errores que las previas (aunque no negaré que la primera me gustó y que la segunda también me entretuvo, sin por ello desmerecer a esta película que tampoco está mal… aunque podía estar mejor)
Decir que la trama es previsible sería quedarse corto, ya que nada más comenzar ello es evidente en un nuevo villano (que será el contrincante de Po al final del film), y en que nuestro protagonista conozca por fin a los de su especie (familia incluida), lo que se soluciona con diferentes gags (optando demasiado por el humor slapstick) y dejando a mínimos la carga dramática (ver lo escueto que se zanja el tema de la madre) Es una pena, porque creo que por ejemplo el asunto del padre perdido podría haber dado más de si (pero apenas tiene un mínimo esbozado), lo que unido a otros detalles viene a hacer palpable que el ingenio del título original ya se ha consumido por completo (¿y aún quieren hacer tres secuelas más? pues no sé de que).