En el momento actual es indudable que las adaptaciones de comics de superhéroes tienen bastante éxito, pero la fidelidad es más o menos relativa, salvando contadas excepciones que se demuestran todo un acierto, siendo a veces incluso lo mejor de ese título en cuestión. En ese breve y escueto grupo de grandes aciertos tengo yo sin duda a la Gwen Stacy que encarnó Emma Stone en las dos entregas que tuvo The Amazing Spider-Man, siendo sin duda la mejor compañera que le han puesto al popular arácnido de Marvel respecto a su homóloga en las viñetas, al menos en los seis films que tiene hasta la fecha. Como es lógico a partir de ahi me interesé por los proyectos de esta actriz, que se vió consolidada por el Oscar que ganó la pasada temporada por La ciudad de las estrellas (La La Land), demostrando que no es tan solo una cara bonita (algo que escribo pensando por ejemplo en Megan Fox, que en comparación tendría un talento más… “discutible”)
Esta película es una prueba más de su versatilidad como actriz, ya que recrea a Billie Jean King, una tenista que estaba en el número 1 del ranking femenino a principios de los años setenta; que defendiendo la igualdad salarial entre hombres y mujeres compitió contra el entonces retirado Bobby Riggs (personaje a cargo de Steve Carell), un veterano tenista que se jactaba de su condición machista ya que tanto para él como para la mayoría de hombres en aquella época (e incluso aún hoy en día vigente para algunos) los únicos lugares en los cuales tenía que estar una mujer eran dos: la cocina y la cama.