¿Alguien a estas alturas no ha visto la película Alien de Ridley Scott o alguna de sus secuelas o múltiples variantes? Estamos hablando de un clásico de la ciencia-ficción que creo que ha sido versionado de todas las formas posibles, en algunos casos mejor (aunque sin alcanzar la cota del original de 1979) y en otros peor (con resultados en ocasiones más bien nefastos) Bueno, pues no hay que llevarse a engaños porque esta Life (Vida) es eso, otra nueva vuelta de tuerca al esquema Alien, justo a pocos meses de la nueva entrega de la franquicia oficial que su director original (Ridley Scott) parecer querer estirar ahora cual si se tratara de la de Star Wars.
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Ghost in the shell (El alma de la máquina)
Cuando una película tiene embargo en su crítica lo primero que piensa uno es que el estudio quiere conservar las sorpresas hasta casi el final para que ninguna opinión previa pueda disuadir a nadie que tenga la intención de verla. Pero también está el caso de films como Batman v Superman, que tuvo embargadas las críticas de los espectadores de los pases de prensa (entre los cuales estaba) hasta pocas horas antes del estreno porque todos sabemos que las opiniones que generó fueron más bien negativas. En este caso también nos centramos en un comic, nada menos que el (para algunos) mítico Ghost in the shell, un manga que tengo que admitir que no pude acabar de leer porque se me hizo muy pesado, por lo que no me ha despertado ningún interés sobre lo mucho generado por esta saga (principalmente en su pais de origen) y voy a calificar este film, que ví hace ya unos días, tan solo por lo que me ha ofrecido en sus (correctas) dos horas de metraje.
Lo primero de todo sería, fuera de las absurdas polémicas que hubo por la elección de la protagonista, el acierto de contar con Scarlett Johansson porque en un simil parecido al de Schwarzenegger frente a Terminator (su personaje más popular) aqui también resultan muy acertadas las (tan solo) correctas dotes interpretativas de Johansson para dar vida al cyborg protagonista. Con esto tampoco me vengo a referir que lo haga mal, ya que si la película funciona en taquilla (y el final da pie para ello) podría volver en futuras secuelas que si son tan entretenidas como esta pueden ir contando conmigo.
Los Pitufos: La aldea escondida
Admito que pertenezco a la generación que conoció a Los Pitufos por la famosa serie de animación de los ochenta (aunque conservo una foto de cuando era un bebé en el que mi madre me había puesto en la cuna, entre otros peluches, uno de Papá Pitufo o Gran Pitufo, por lo que lo mio ya vendría desde mi más tierna infancia) Pero mira tú por donde que para traerlos a las nuevas generaciones se realizó el film de 2011 que no niego que me entretuvo, pero que admito que no logró convencerme (al menos no como para ver la posterior secuela, inédita para mi en el momento en que escribo estas líneas)
Y es que en el fondo no acababan de cuadrar la situación de ver a esos duendecillos azules perdidos en Nueva York cual si fueran una especie de Gremlins: de hecho no había en la primera película (y supongo que en la segunda tampoco) esa esencia clásica de los famosos personajes ideados por Peyo hace más de medio siglo, ya que su idiosincrasia es tan particular que resulta muy dificil (cuando no imposible) hacer una versión real de unos personajes tan específicos (cosa que también le ocurre a otros famosos personajes tales como Mortadelo y Filemón o Asterix, ambos con su origen en las viñetas y que han tenido versiones tanto de animación como en acción real, decepcionando estas últimas)
La bella y la bestia (2017)
Entre finales de los ochenta y principios de los noventa la Disney logró un nuevo renacer con una serie de títulos de animación que no solo gozaron del beneplácito del público sino que también del de la crítica, siendo el más emblemático de ellos el de La bella y la bestia en 1991, que logró incluso ser la única película de animación nominada al Oscar a mejor película (antes de que la animación tuviera su propio galardón en dichos premios) Con el resurgimiento que ha habido de títulos que reinterpretan cuentos clásicos en acción real que se inició con la Alicia en el Pais de las Maravillas de Tim Burton ya se realizó una nueva versión francoalemana de la presente historia que se estrenó en 2014, pero que tan solo hacia añorar el film original de Disney. Ahora son ellos mismos los que llevan a cabo un remake con un llamativo plantel actoral al frente del cual situan a una Emma Watson que encarrila su carrera tras ser la Hermione Granger de la franquicia Harry Potter.
La citada moda de volver a contar las mismas historias tan solo que con pequeños retoques ha tenido resultados dispares, pero la misma le está resultando rentable a la Disney al apoyarse en la nostalgia de su amplio catálogo de clásicos animados, y que el año pasado obtuvo buenos resultados con la nueva versión de El libro de la selva, que incluso logró un merecido Oscar a los mejores efectos visuales. En esta nueva versión de La bella y la bestia hay que reconocer que lo que deslumbra visualmente sería su diseño de producción, siendo en ese aspecto muy similar al de la Cenicienta de Kenneth Branagh.
Kong: La isla Calavera
Hay criaturas míticas que quedarán para siempre asociadas al cine, y sin duda que King Kong es una de ellas: tras ese CLÁSICO de 1933 donde se dió a conocer, sus otras apariciones más llamativas estarian en la versión que tuvo en 1976 o la más reciente de 2005 dirigida por Peter Jackson, sumándose ahora la presente película con un reparto estelar y una estrella (el citado simio) de proporciones pantagruélicas. Pero a diferencia de lo visto antes, aqui no asistimos a como el famoso King Kong es llevado a la civilización (y lo que allí ocasiona) sino que esta vez lo veremos en su habitat natural, que es el que da título a la película, lo que se agradece porque el film de 1976 fue tan solo una actualización mientras que el de 2005 se podría considerar una especie de remake y/o homenaje al título clásico, pero en ambos casos sin aportar cambios de mucha trascendencia.
Pero cuidado, tampoco quiero decir que estemos ante un film maravilloso, aunque sin duda no puedo negar que es un GRAN entretenimiento con el que disfrutarán todos aquellos que tengan asumido el tipo de película que van a ver, y que vendría a ser una mezcla entre el King Kong más clásico, Jurassic World y Apocalipsis Now (esto último ya evidente incluso en uno de los posters editados para la promoción de la película) Citar la saga de dinosaurios iniciada por Spielberg puede hacer recordar a muchos que ya hubo de ellos en la versión de 2005, pero el problema allí fue que a Jackson se le disparó la grandilocuencia en un título que debería haber tenido unos buenos tijeretazos en la sala de montaje para reducir su excesivo metraje.
El fundador
Ya me pasó con el anterior film que ví de este director (Al encuentro de Mr.Banks) y me ha vuelto a pasar con este, coincidiendo ambos en su condición de biopic: son títulos amenos y entretenidos pero sobre los cuales te queda la sensación de que las historias tratadas podrían haber dado más de si, quedándose tan solo en un resultado final que más o menos cuenta lo que tiene que contar con la relativa verdad que uno quiera suponer en la historia (en el caso del título antes indicado era evidente al no mostrar los detalles menos agradables de Disney mientras que aqui consigue que sintamos empatía hacia un personaje que en si no inventó nada, si no que cogió la idea de otros y la amplió mucho más allá de lo que hubieran imaginado sus creadores)
Es un tema muy recurrente el recelar de la buena calidad de lo que se vende en lugares como en este caso sería la cadena de restaurantes McDonalds, pero más allá de que cada cual tenga su propio dictamen acerca del tema, resulta curioso ver como esta película nos plantea lo que en origen era un negocio familiar, donde primaba la calidad por encima de la cantidad (aunque esta última se veía beneficiada por la velocidad en el servicio) y que se convirtió en la famosa marca que es hoy en día por la visión de futuro que tuvo el personaje encarnado por Michael Keaton, un corriente comercial que se ganaba la vida como buenamente podía a mediados del pasado siglo, y que cuando conoció a los hermanos McDonalds enseguida se dió cuenta que ahi había un gran negocio a explotar, y que sería él quien lo hiciera.