Hay actores que han sido tan emblemáticos en según que personajes que nadie se imagina a los mismos sin el rostro de ese intérprete (no hace falta dar ejemplos porque a todos se nos ocurrirán unos cuantos tantos de series de televisión como de películas) Eso es lo que le ha pasado a Hugh Jackman en los NUEVE films en los que ha encarnado a Lobezno (siendo en dos de ellos tan solo un cameo: X-Men Primera generación y X-Men: Apocalipsis) De lo que sería la trilogia centrada en este personaje hemos tenido un inicio (X-Men orígenes: Lobezno), un nudo (Lobezno inmortal) y ahora un desenlace con esta Logan, ya que el actor ha asumido este film como el último donde encarnará al popular mutante de la Marvel (lo cual es una lastima, más allá de que sean mejores o peores los 9 títulos que hasta el momento componen el universo cinematográfico de la Patrulla-X)
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La gran muralla
Por muchos es sabido que desde hace ya unos cuantos años el cine de Hollywood tiene su mirada puesta en China, cuyo mercado ha salvado del fracaso a algún que otro título (caso de, por ejemplo, Warcraft: El origen) Por encima de que sean mejores o peores (eso va al gusto de cada uno) hay muchas de estas películas en las que se gastan increibles fortunas, por lo que resulta comprensible que busquen la rentabilidad final del producto (ya digo, sin tener nada que ver que luego sea mejor o peor) por lo que el mercado chino es uno de los más apetecibles por su alto potencial en los resultados de la taquilla mundial.
La gran muralla es una evidente coproducción entre China y Estados Unidos para contentar a los primeros pero con detalles de los segundos que les permitan hacer un producto exportable a todos los mercados, los cuales podrían resumirse en tener al frente del reparto a un actor como Matt Damon para así llamar la atención del público (también andan por ahi Pedro Pascal y Willem Dafoe pero sus ¿personajes? no dejan de ser meras comparsas perfectamente prescindibles) en un espectáculo tan llamativo como artificioso que bien podría haber quedado en manos de directores de la calaña de Michael Bay o Roland Emmerich.
La vida de Calabacín
Hace poco me leí la novela en la que se basa esta película, porque me sorprendió su nominación al Oscar a mejor film de animación, dejando en la estacada incluso a predecibles candidatos como Buscando a Dory de Pixar (aunque poco importa porque la “casa-madre”, Disney, si ha logrado incluir dos títulos suyos como Zootrópolis y Vaiana) Aparte de que no tenía referencias previas de este título, me llamó la atención el que fuera en animación stop-motion, así como todos los premios a los que había sido nominada o que ya había ido acumulando en su pase por diferentes festivales, por lo que ese fue el empujón que me hacía falta para decantarme por esta historia, saciar mi curiosidad y valorarla por mi mismo (como me pasó con La La Land), primero en su notable base literaria y luego con el presente (y escaso) film.
Esta película dura apenas 66 minutos, un lapsus de tiempo a priori muy breve pero que resulta suficiente para captar la esencia de la obra en la que se basa, aunque resulta demasiado parcial respecto a la misma, ya que se centra en detalles puntuales que sirven para que el director nos transmita un evidente mensaje (tenemos que proteger a la infancia de ahora porque son la humanidad del futuro) pero deja otros de lado, al centrarse tan solo en algunos personajes mientras que los otros sirven tan solo como complemento a su mensaje, pero sin desarrollarlos como sucede en la obra literaria. Con esto no me vengo a referir que por ello esta película pierda valor, pero queda claro que se ha intentado también llegar al público infantil suavizando (si ello es posible) algunos temas.
Rings
Hace doce años era doce años más joven (obvio aunque reiterativo) pero es que cuando hice la crítica de The Ring 2 casi en los albores de mi blog me mostré entusiasmado porque admito que me lo pasé bien, aunque es cierto que una posterior revisión dejaría si acaso la puntuación final por debajo de lo indicado (de un 8 a un 7, aunque aún así aprobada) Pero pese a lo notable que era la novela de Koji Suzuki que dió origen a tan extensa saga (cuyo remake corrió a cargo de Gore Verbinski y su secuela de Hideo Nakata), el tiempo pasa y hay estilos que quedan obsoletos debido al uso (y abuso) que se hace de ellos (y para muestra el género de los asesinos en serie), por lo que una secuela tan tardia no auguraba nada bueno, sumado al hecho de la propia obsolescencia dentro de su mismo planteamiento (las cintas VHS están más que superadas)
Aún así decidí correr el riesgo con esta tercera entrega de esta franquicia que aviso desde ya mismo que se puede considerar más un (mal) reboot que otra cosa, siendo un título que no me extraña que haya sufrido varios retrasos en su fecha de estreno (tenía que haber llegado a las pantallas el pasado 2016) porque me imagino que no sabrían que hacer con algo como esto. El director, Francisco Javier Gutiérrez, es un compatriota español que debutó con la película Tres días, la cual gustó bastante (en mi caso no puedo juzgar porque en el momento en que escribo esta crítica aún no la he visto) pero como leí tantas alabanzas fue también un (erróneo) punto para darle una oportunidad al presente título.
Batman: La Lego película
Cuando hace tres años llegó a las pantallas La Lego película fuí a verla convencido de que sería una tontería que con suerte me serviría para pasar el rato, pero de la que no esperaba gran cosa (lo cité entonces y lo sigo diciendo ahora: ya no saben de donde sacar películas y hoy en día incluso lo más insospechado puede ser adaptable, sin importar la calidad de lo que salga) Como es lógico, el mayor sorprendido fuí yo cuando pude ver que no solo estaba bien, sino que realmente ESTABA MUY BIEN, por lo que me alegró que su merecido éxito llevara a este spin-off con uno de los secundarios de aquella, el famoso justiciero de Gotham de los comics de DC, como total protagonista.
A estas alturas todo el mundo conoce a Batman, por lo que esta cinta no nos lo vuelve a presentar, pero me atrevería a decir que es el que mejor nos sabe mostrar el caracter que define a este superhéroe: la de un hombre solitario, amargado y un poco pretencioso y engreido (todo ello desde una óptica divertida y muy amena, ya que nunca hemos de olvidar que estamos ante una película dirigida hacia el público infantil, si bien será plenamente disfrutable también por los adultos) Es triste tener que admitir esto, pero siendo una figura de Lego creo que nunca había sido tan bien descrita la psicología de este personaje como en el presente título, superando con holgura a lo visto hasta la fecha en ese universo cinematográfico en imagen real donde este superhéroe está a cargo del actor Ben Affleck.
Múltiple
Cuando M.Night Shyamalan vió el éxito que tuvo con El sexto sentido no sabía lo que se le venía encima, ya que muchos pretendieron que sus películas posteriores estuvieran fabricadas por el mismo esquema (incluyendo esa sorpresa final justo al final que nos hiciera replantear todo lo previo) Sin ningún título que lograra llegar a las cotas de su película de 1999 (aunque en España se estrenó a principios del 2000) su camino derivó entonces hacía una lista de consecutivos fracasos tanto de crítica como de taquilla (en algunos casos muy justificados) que hicieron dudar de si lo de este hombre había sido tan solo “flor de un día”, hasta que en el 2015 se reconcilió con espectadores y críticos con La visita (que, en el momento de escribir esta crítica, reconozco no haber visto, escarmentado como estaba de todo lo previo)
Le he dado una oportunidad con esta Múltiple y tengo que admitir que no es de sus peores trabajos, pero aún así me cuesta admitirlo como de los mejores, porque pese a que acudí a verla sabiendo lo mínimo, sus 117 minutos se me hicieron realmente dilatados, ya que el papel (o los papeles, si bien no son todos los que dicen ser) de James McAvoy se me hizo más irritante que inquietante y muchísimo más histriónico que neurótico, de tal manera que todo gira en relación a un personaje que en algunos momentos parece ser una variante de esos exagerados villanos de comic como por ejemplo el Joker (y esta comparación no cae en saco roto cuando llegamos al final)