Valladolid, 14 de abril de 2009, 23:01, 5ºC.
Bloqueo mental. Me pongo delante del portátil, ese cacharrito que tanto me gusta, y con el que tan buenos ratos he pasado con vosotros, y nada. No consigo escribir ni una sola palabra.
Pongo los dedos en las teclas, a ver si su tacto me inspira. Pero no, hoy no. Otro día será. Y pasa un día, y otro, y otro, y el suave tacto de las teclas no me inspira. Decido dejarlo. El portátil me lanza obscenos guiños metálicos con su tapa desde la mesa, me pide que le toque, que esté con él. Pero hoy no puede ser.