Cuando uno acaba de ver una película como Sully lo que primero se le viene a la cabeza es que se trata de una historia tan solo anecdótica, que teniendo en cuenta para lo poco que da de si, por eso se queda en unos correctos 98 minutos. Aun así tengo que reconocer que tenía mis reservas ante el presente film (por mucho que fuera dirigido por Clint Eastwood) ya que con una premisa más o menos parecida el director Robert Zemeckis nos presentó hace pocos años El vuelo (Flight) con Denzel Washington, que a mi no me convenció, debido mayormente a lo hinchado de su metraje para lo poco que tenía que contar.
Pero el ya veterano Eastwood ha vuelto a demostrar, a sus 86 años, que sigue sabiendo dirigir de manera estupenda, aunque lo que nos tenga que contar sea poco más que la extensión de un suceso de las noticias. Porque este film, para el que no lo sepa, se centra en el aterrizaje casi milagroso en el rio Hudson que llevó a cabo en 2009 Chesley “Sully” Sullenberger (a quien da vida Tom Hanks) logrando salvar la vida de las 155 personas que iban en el avión tripulado por él.