Valladolid, 12 de Marzo de 2010. 16:20.
Valladolid hoy ha amanecido fría, nublada, triste. Triste porque hoy nos ha dejado un grande entre los grandes, y nos ha dejado mudos.
¿Cómo explicar con palabras lo que significa la pérdida del maestro de ellas, las palabras? ¿Cómo describir la tristeza que siento dentro, si nunca llegué a cruzar ninguna palabra con esta persona? Porque yo recibí las suyas con mucho cariño, devorando cada uno de sus libros, pasando noches sin dormir por acabarlos.
Hoy, Valladolid está callada, aunque resuenan en el aire las conversaciones con el Mochuelo, o con Ana, o con el difunto Mario. Hoy, alzamos la cabeza hacia las placas conmemorativas de la Ruta del Hereje, esas placas que siempre sabemos que están ahí pero que nunca miramos.
Recordamos los buenos ratos pasados leyendo las aventuras de los adolescentes de El Camino, y nos emocionamos al pensar el la “milana bonita” de los Santos Inocentes. Porque hoy estamos tristes, y es porque nos falta un trozo de nosotros mismos, pues, Don Miguel, siempre has formado parte de nosotros.
Hoy, con lágrimas en los ojos, espero que estés feliz en el cielo, sobre tu amada tierra castellana. Descansa en Paz, Miguel Delibes.
“Don Miguel se merecía el Nobel; lo que dudo es que el Nobel se mereciese a este maestro”