22 años después de dar comienzo esta franquicia como adaptación de la homónima serie de televisión de los años sesenta, nos llega lo que sería ya la sexta entrega de la saga en la gran pantalla, por lo que el primer pensamiento de cualquier espectador sería preguntarse si es necesario y merece la pena. Es que son ya seis películas a cargo de cinco directores diferentes, siendo John Woo con la primera secuela el que obtuvo un peor resultado, que incluso hizo pensar si no habría finiquitado la saga. Por fortuna J.J.Abrams hizo una variante de su serie de televisión Alias en la tercera entrega que funcionó bastante bien, a las que siguieron las dirigidas por Brad Bird (M.I.: Protocolo Fantama) y Christopher McQuarrie (M.I.: Nación secreta), siendo en ambos casos dos secuelas que, dentro de su género, convencieron a crítica y público. De hecho es justo esta última, al convencer pese a ser ya una quinta entrega (lo que podría llevar a pensar si se habian agotado las ideas) la que motivó a no arriesgar y que repitiera como director Christopher McQuarrie, siendo el responsable de esta Misión Imposible 6 que lleva el título de Fallout.