Monólogos de Paramount Comedy Vol.12

Se apellida García, como su padre, y se llama Tomás… Igual que su madre.
Este “yogurín” se declara malagueño y malaguista por los 4 costados y a las 4 acostado.
Le flipan los Viernes Santo, no porque sea Semana Santa, sino porque siempre caen en viernes.
Trabajaba en la radio (aun sin acabar la carrera, ya que, según él “le ha cogido cariño”) hasta que lo echaron por robar los micros del estudio y aprovechar la gomaespuma para el perro.
Es medio príncipe porque dice ser de sangre blanquiazul.
El día que consiga que su abuela diga correctamente la palabra “kiwi”, hará una fiesta. Pero de pijama, que si no, no sabe que ponerse.
Su familia es de Archidona, un pueblo de la Costa del Sol, por lo que Tomás es archiconocido, porque de momento lo conocen por allí.
Tiene 23 tacos, aunque reconoce que cada año cumple uno más.
Ha alcanzado la pubertad en el plató de Nuevos Cómicos donde ya ha grabado dos monólogos.
Ah, por cierto se escribe Tomás y se lee To+. Vamos, que se pronuncia igual.

Monólogos de Paramount Comedy Vol.11

Salva Reina, también conocido en el mundo de los monólogos como Chuki, lleva paseando su particular vestuario, su careto y su voz peculiar (esta es una manera agradable de definirla) por los garitos de monólogos y teatros de toda la geografía española desde que tiene uso de razón, es decir, desde hace unos años, casi una década en la carretera repartiendo risas por ahí…

Si te lo encuentras, disfrutarás de historias cotidianas con una vuelta de tuerca, llevadas al disparate, siempre buscando la complicidad del público. Debes tratarlo con cariño, recuerda que el muchacho no está bien de la cabeza, pero es muy buena gente, llévalo a algún sitio típico, a tu casa, a una ferretería, yo qué sé….

Pd: prohibido echarle cacahuetes al bicho.

Monólogos de Paramount Comedy Vol.9

¡Hola! Oficialmente soy Sara Escudero pero, muy a mi pesar, termino siendo Sarita. Nací en Arenas de San Pedro, un pueblo del sur de Ávila, así que soy Abulense de nacimiento (no avileña, esa es la ternera) y madrileña de corazón porque, como dicen en mi tierra: “uno no es de donde nace, sino de donde se hace”. Y fue en Madrid donde se transformó el “¡Ah! ¡Y qué cómica es esta niña!” por “¿Y esta niña qué es? Ah…cómica”.

Y es que al acabar el bachiller me fui a Salamanca a estudiar medicina y llegué hasta tercero. Pero vi que los bichos no estaban hechos para mí… Bueno, y que una noche me rondó la tuna y aquello cambiaría el apellido a Juan Sin Miedo a la primera nota. Así que, como no podía dormir después de aquel bochorno, digo… evento… pues me leí “El club de los poetas muertos”, me convenció aquel Carpe Diem y… colgué la bata.

Trabajé poniendo copas para pagarme las clases y los borrachos me enseñaron el arte del stand-up comedy… que de alguno yo me dije “uy, si este señor vocalizara… ¡se forraba!”. Y empecé a investigar… conocí a gente profesional… me animaron a escribir… me animé a probar… y, cuando creí que ya tenía ciertas tablillas, llamé a la puerta de Paramount Comedy (antes no había portero, era más sencillo) y me enseñaron a mejorar (ahí seguimos…) y a sentir el orgullo de formar parte de un canal (equipo) dedicado a repartir la mejor medicina del mundo sin receta y de tú a tú: la risa. ¡GRACIAS!

Monólogos de Paramount Comedy Vol.8

Tony Moog nacido el 11 de Abril de 1971, decidió ser Aries para toda la vida. Considerado el payaso oficial del colegio desde preescolar, sus repetidas expulsiones de clase por hacer tonterías consiguieron que sus padres se empezaran a preocupar. Empezó a tatuarse a los 16 años, perdió la virginidad a los 17 y folló por primera vez a los 24.

Sus estudios en la facultad de Publicidad dieron los frutos esperados: acabó trabajando como DJ y técnico de sonido en una sala de Jazz. Una apuesta entre borrachos le llevó a subirse a un escenario a soltar sus primeras líneas como cómico. Justo después de ganar la apuesta perdiendo la poca dignidad que tenía, llegó a pensar que podría llegar a tener futuro en la comedia, siempre y cuando dejara el alcohol y las drogas para los profesionales. Así se introdujo en el circuito nacional de comedia, actuando por salas de toda España.

Paramount Comedy le dio la primera oportunidad ante una pantalla (ha grabado cuatro monólogos con el canal), y actualmente se deja ver en los teatros más importantes de Barcelona y en diversos programas de humor de la parrilla televisiva.

Monólogos de Paramount Comedy Vol.7

Tappy nace en Sevilla el 20 de Diciembre de 1979, sobre las 3 o 4 de la mañana. Desde entonces, es la hora a la que suele llegar a casa.

Entre monjas y directores severos, pasa la guardería, EGB y COU en el mismo colegio, uno público del que no puede salir durante el recreo, por eso su primer cigarro se lo fuma en la facultad. Siendo un niño bajo, gordo y con gafas, tuvo que refugiarse en ser “el gracioso”, pasando por motes variopintos como “Coco”, “Tortuga” (su favorita era Donatello) o “Pablito”, que duró hasta que terminó de crecer (continuó siendo Pablito).

En 1997 entra en la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla, realizando Publicidad y Relaciones Públicas tras suspender el ingreso a Bellas Artes, él sigue asegurando que hubo enchufe: “los había peores que el mío y entraron”. Cuatro añitos de carrera y una asignatura colgada en un 5º inexistente le hicieron ganarse el apodo de Tappy, al menos la carrera le sirvió para algo.

Tras deambular por algunas agencias sin ganas de madrugar, en Abril de 2002 vio abierta la puerta a los monólogos cuando una amiga le preguntó si actuaría en su bar, él se lo pensó. Cuando le preguntó cuánto cobraba dejó de pensárselo. En 2003 graba su primer monólogo en Paramount Comedy, y desde entonces: “Galas, premios, mujeres, fama, dinero”… Todo eso lo lleva apuntado en una libreta que va tachando. A día de hoy sólo ha tachado: “un tío me pidió un autógrafo confundiéndome con otro”.

Han pasado 6 años desde que empezó en el mundo de la comedia y está contento, va logrando su sueño sin recurrir a acostarse con una actrices famosas, que tampoco le importaría. Hoy es más cómico que ayer y menos que mañana, y todo por la sonrisa de un niño (lástima que a los bares donde actúa no permitan la entrada a menores de edad).