Todo el público tiene sus placeres culpables en el mundo del cine; se trata de películas que distan mucho de poder calificarlas como buenas, pero que el espectador no puede negar esos buenos momentos que le hicieron pasar. En mi caso he citado en ocasiones que fue el Spider-Man de Sam Raimi el que me aficionó al arácnido de Marvel, aunque aqui si hay coincidencia de que estamos hablando de una película bien valorada. Pero en el otro extremo está el Daredevil de 2003 con Ben Affleck de protagonista al que siguió la Elektra de 2005 con Jennifer Garner, dos títulos que son sin duda alguna bastante mejorables pero gracias a los cuales me aficioné a ambos personajes. Si bien respecto al caso del primero la serie de NetFlix mejoró notablemente la fallida película inicial, en lo que respecta a Elektra me sigo quedando con la Jennifer Garner que le dió vida allí, que sigo considerando bastante más atractiva para ese personaje que la Elodie Yung que le ha dado vida en el Daredevil de NetFlix.
Tag: preestreno
Venom
Aunque la galería de villanos que tiene Spider-Man es variada y muy amplia, los más principales estarían en sus años de origen, por lo que me atrevería a afirmar que el más emblemático y famoso que se ha visto en las últimas décadas sería Veneno (Venom en el original) que ya tuvo presencia en Spider-Man 3 de manera tan forzada que por eso afectó al resultado final, lo que llevó al reboot de 2012 y su secuela de 2014 más otro nuevo reinicio, ahora con el amparo de Disney y ¿bien? inmerso en el universo cinematográfico Marvel. Mientras tanto este simbionte que originó a tan potente villano fue evaluado pero nunca desarrollado ni como de nuevo un oponente para el alter-ego de Peter Parker ni para, en solitario (si ello era posible) vivir sus andanzas de antiheroe. Pero esto último ha cambiado ahora ya que tras los éxitos de Logan y Deadpool se valoró el darle una película con calificación R como las antes citadas para así desarrollarlo de una forma más adulta, si bien la versión final que nos llega es PG-13 para hacerla apta para un abanico de público más amplio (de cara a un hipotético cruce otra vez con Spider-Man, por lo que mejor dejarlo en una calificación más apta con ello)
Ha nacido una estrella
Tenía curiosidad en esta nueva adaptación de Ha nacido una estrella porque siempre he considerado a Bradley Cooper un buen actor, por lo que me interesaba ver que tal le había ido en su estreno como director (aunque también sea aqui el protagonista masculino principal) Hay que recordar que cuando este proyecto iba dando vueltas se llegó a afirmar que podría dirigirlo Clint Eastwood y de protagonista Beyoncé, lo cual sin duda hubiera sido llamativo de ver, aunque al final al antes citado Cooper le acompaña Lady Gaga. Cabría preguntarse esa necesidad de contar otra vez una historia ya vista en las versiones previas de 1937, 1954 y 1976 en las que intervinieron mitos del cine como Judy Garland o James Mason, pero lo justo es dejarle un margen de confianza, más que nada porque ya no vendrá de un remake más o menos (esta cinta y su más directa predecesora están englobadas en el mundo de la música, mientras que las dos primeras se centraban más en Hollywood)
Predator
Hace 31 años, en el ya lejano 1987, se estrenaba una película que con el título de Depredador se hizo un hueco en todos aquellos que la vieron por aquel entonces por su destacable conjunción entre los géneros bélico, de terror y ciencia-ficción en un soberbio y notable espectáculo a mayor gloria de Arnold Schwarzenegger secundado por un acertado reparto (entre los cuales constaba curiosamente el mismo Shane Black que dirige el presente film) bajo la batuta de John McTiernan y con una banda sonora de Alan Silvestri. Puede parecer lo contrario, pero estábamos ante una película cuyo éxito derivó en secuelas ni mucho menos tan dignas como el título inicial debido a no contar con los mismos alicientes, si bien Depredador 2 aún luce algo más que los dos posteriores y nefastos films que lo unieron al también popular Alien de H.R.Giger. Abandonado dicho disparate de crossover se volvió a probar suerte con esta criatura en Predators, que pese a todo no estaba nada mal (al menos bajo mi punto de vista), pero cuyo paupérrimo éxito por taquilla cerró las puertas a más secuelas… hasta ahora.
¿Quién está matando a los moñecos?
Cuando se estrenan por este pais algunas películas que no saben muy bien como “adaptar” algo que quizás por aqui no es tan común, muchas veces se tira de aquello que esté de moda, lo cual es un relativo error porque aunque ello le da a la película una connotación muy presente, el tema de las modas es muy relativo porque tenemos una nueva por día. Eso es lo que ha ocurrido con esta película, en origen The happytime murders, y que aqui lo han traducido por ¿Quién está matando a los moñecos?, lo cual me hizo preguntarme ya de entrada que era eso de “moñeco” y porqué no usar el evidente “muñeco”. La respuesta está en el mismo poster de la película, porque la citada palabra es obra de ese David Broncano al que yo ni tan siquiera conocía, pero que Wikipedia me ha informado de quien es. En busca de una traducción que atrajese al público, desde la distribuidora se pensó que sería bastante “jocoso” ese detalle de un término que vendría a referirse a cuando te quedas muerto, y que me imagino que sería el equivalente a (por ejemplo) el fistro que popularizó en su momento Chiquito de la Calzada.
Megalodón
Los tiburones y los exorcismos no tienen mucho en común que digamos pero en cuanto a sus mejores películas si coincide que ambos han tenido títulos míticos que marcaron cátedra para luego llegar una infinidad de films con dichos elementos que a lo sumo se los podía etiquetar como correctos, pero que circulaban una y otra vez por los mismos terrenos. Es evidente, pero por si acaso lo digo, que los films fundamentales de ambos elementos fueron el Tiburón de Steven Spielberg y El exorcista de William Friedkin, por lo que centrándose en la presente cinta cabe indicar ya de entrada que se queda lejos tanto del mítico título citado como del previsible entretenimiento que podía haber sido, debido a la evidente falta de carnaza en una película que la pedía a gritos.