Aunque no esté al tanto de su continuidad actual en el universo Marvel (de los comics) siempre le guardaré un cariño especial a Spider-Man porque fue quien me volvió a enganchar en esto de los tebeos hace ya 15 años cuando quedé maravillado con la primera cinta de Sam Raimi. Tras ella vino una primera secuela en 2004 muy bien valorada (con un Doctor Octopus que me hizo revalorizar a un villano que no me había acabado de convencer nunca) y una segunda en 2007 que ya no tuvo un aplauso tan unánime (sobretodo por un Veneno metido con calzador) pero que sigue ostentando el ser la película del arácnido más taquillera a nivel mundial. Tocaba que las redes cambiarán de aires…
Cinco años después (en 2012) vino el primer reboot del personaje, que tuvo también una secuela (en 2014) Si en la trilogia inicial a cargo de Sam Raimi hubo sus aciertos y sus defectos (siendo en la tercera cinta donde eran más evidentes estos últimos) en las dos entregas que tuvo The Amazing Spider-Man no llegaron a las cifras esperadas aparte de reiterar en el origen del personaje (todo gran poder conlleva una gran responsabilidad) o intentar forzar un universo cinematográfico propio (esos Seis Siniestros que tenian que haber salido tras la segunda, pero cuyos pobres resultados lo frustró), aunque a cambio nos dejaron una Gwen Stacy dificil de superar a cargo de la actriz Emma Stone. Era el momento de que el arácnido volviera a renovarse…