Ya han pasado diez años desde que el universo en imágenes de Marvel nació con la primera entrega de Iron Man. Con una evidente calidad más o menos constante, y con sus puntos más flojos pero también los más álgidos, se ha completado un mosaico donde se ha presentado a multitud de personajes. En origen el primer film de Los Vengadores venía a ser la reunión de todos los personajes que se habian visto en los títulos precedentes, y para completar esta ¿trilogia? (a la espera de la cuarta cinta) en este tercer film se une en una película a bastantes (¿quizás demasiados?) de los superheroes presentados en las películas Marvel habidas hasta la fecha en una confrontación (que le da título) donde de ellos depende el destino del universo.
Si nos concentramos en la calidad de esta película dentro del conjunto donde está englobada, en el que representa el 19º episodio de eso ya conocido como Universo Cinematográfico Marvel, la presente cinta se queda cerca de ser el mejor título de superhéroes de las últimas décadas, en un claro intento de la mencionada Marvel por superarse siempre a si misma. Cuando hace pocos meses la Warner presentó con su Liga de la Justicia el intento de hacer lo más parecido a Los Vengadores en el universo DC, en esta ocasión se devuelve la pelota mostrando el mayor crossover de este género visto hasta la fecha, lo que le lleva a uno a pensar que será lo que vendrá para superar a una película de estas características (¿quizás su resolución cuando llegue a las pantallas el próximo año?)