Con la gran cantidad de estrenos que hay hoy en día, lo más normal es hacer selección porque no se puede ver TODO ya que al final se pasaría uno frente a la pantalla las 24 horas, y tampoco es plan. Pese a todo el hacer selección requiere suponer por anticipado que tal estará tal o cual producto y juzgar en consecuencia, lo cual siempre da pie a un posible error (que te pierdas algo que merece la pena, o en su defecto que te ahorres algún bodrio) Parte de ambas cosas las he tenido yo con todo el universo cinematográfico de la franquicia The Conjuring, más conocida por aqui como Expediente Warren.
En su momento la primera entrega de Expediente Warren no la fuí a ver al cine, pero como hubo gente que incluso de manera personal me dijeron que valía mucho la pena, lo tuve presente cuando la recuperé en su primer pase televisivo. Y fue en ese momento cuando me dí cuenta que lo que pensaba que sería una película más de sustos (que cada vez asustan menos) era un título tan destacable como me habían dicho, lo que me llevó a si ver su secuela en el momento del estreno y sin duda alguna disfrutarla.