En 1918 nace en Nueva Orleans un niño con el cuerpo de un hombre de 80 años.
Soy fan de David Fincher desde Alien3 pero pienso que alterna una peli genial con una fallida. Ahora, tras la sensacional Zodiac, tocaba una fallida aunque la reunión con Brad Pitt nos hizo albergar muchas esperanzas.
Basada en el relato de F. Scott Fitzgerald, la premisa de un niño que nace con cuerpo de anciano y va rejuveneciendo conforme cumple años me parece muy jugosa. Asimismo, una historia de amor en la que los dos miembros de la pareja van en direcciones temporales opuestas creo que muy pocos directores podrían llevarla a cabo de forma satisfactoria. Fincher es uno de ellos, aunque el resultado final me ha defraudado un poco.
La peli se inicia con un fabuloso prólogo con un toque Jean-Pierre Jeunet (Amélie, Largo Domingo de noviazgo) y toda la parte inicial está francamente bien. El guión está lleno de personajes entrañables, buenos diálogos y escenas muy bien resueltas. Trata temas como la paternidad, el amor matero, la niñez, el sosiego de la vejez, etc.
Pero luego la trama avanza algo lentamente, hay parones que provocan cierto aburrimiento. La peli se alarga hasta las dos horas y media y se hace algo pesada.
Parece ser que cuando Fincher entregó su película a los ejecutivos del estudio duraba 3 horas largas y éstos la cortaron sin su permiso. Es probable que estos cortes hayan afectado al resultado, habrá que esperar al director’s cut.
Sea como fuere, ni la tensión ni la pericia narrativa propias de Fincher aparecen casi por ningún lado (el prólogo, el predicador o la escena del taxista). Sí logra que que los continuos saltos temporales no mareen al espectador y que la historia de amor nos emocione varias veces, beneficiándose de la química que hay entre los dos actores.
Para mí el único problema (tras la excesiva duración) es el personaje de Brad Pitt, quien siempre me ha parecido un buen actor. Está bien en la primera parte interpretando al curioso niño-anciano. Pero cuando el maquillaje va desapareciendo compone un papel bastante inexpresivo, sin matices, algo soso.
Un film así necesita que el personaje central sea alguien con el que el espectador sienta cariño o simpatía. Así sus peripecias se viven como propias y se puede llegar a pasar un rato entretenido. Pero el personaje de Benjamin Button no logra conectar con el espectador todo lo que debiera. Conecta más Cate Blanchett (tan genial como siempre), quizás su papel esté mejor escrito o sufrió menos cortes en el montaje. Por ella sí que llegamos a padecer durante el film, quizás porque su personaje sufre más.
A mí el personaje que más me llegó es el de Taraji P. Henson quien compone un personaje maternal realmente soberbio. Tilda Swinton y Julia Ormond están bien.
Técnicamente, la ambientación del film es genial, al igual que la fotografía (entre la estética Jeunet y la Tim Burton), el maquillaje y los efectos.
Interesante pero algo lenta.