Para ser sincero, en su momento la primera película de Transformers me gustó, siendo uno de los mejores entretenimientos de un verano (el del 2007) cuyos supuestos taquillazos no me acabaron de convencer en cuanto a calidad (las terceras entregas de Spider-Man, Shrek y Piratas del Caribe respectivamente) Eso si, cuando llegó la primera secuela me pareció realmente agobiante, por lo que me propuse no volver a gastar ni un céntimo en semejante franquicia. Eso lo cumplí en la tercera (vista por “esos” medios que todos conocen) la cual se me hizo un poco más tolerable.
Mi situación me propició que pudiera asistir al pase de la cuarta en el momento de su estreno, que supongo que me pilló con buen talante y me convenció más al ser una especie de comienzo de nueva trilogia, pero aún así continuaban presentes todos los excesos del cine de Bay. Llegados a este punto la quinta no tenía pinta de variar en mucho a lo precedente, y admito que tampoco merece la pena enriquecer más a esta franquicia, pero me llamó la atención que en su reparto estuviera Anthony Hopkins, por lo que de nuevo aproveché pase de prensa para ver “esto” (que más habría de tildarse como producto que como cine)