Tengo que admitir que me decanté por esta película por el nombre de su director, que quien no se haya percatado fue el responsable de la tercera entrega de Rec y co-director de las dos primeras. Si en aquella conocida saga el objetivo eran los zombis (o infectados rabiosos) en una relectura del género que propició hasta tres secuelas (de las que Plaza se encargó de las antes mencionadas), en este caso se decanta por adaptar dos sucesos reales de características paranormales que tuvieron lugar a principios de los años 90 en el barrio de Vallecas y en Embajadores, ambos en Madrid y que en el caso del primero tiene el “honor” de ser el único en el que incluso la propia policia ha tenido que admitir ciertos “hechos” de naturaleza indeterminada.